Contraofensiva de los bancos para suavizar el 'impuestazo'. Las patronales bancarias AEB y CECA negocian con el Gobierno extender el nuevo gravamen para recaudar unos 3.000 millones en dos años a bancos extranjeros con presencia en España, como ING, Deutsche Bank y BNP Paribas, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. De fructificar las conversaciones, se repartiría el impuesto entre más entidades y la gran banca rebajaría su impacto.
Los contactos se están canalizando a través del Ministerio de Asuntos Económicos, pero la idea pasa por que sean los socios del Gobierno, PSOE y Podemos, los que introduzcan los cambios en la fase de enmiendas de la proposición de ley. Está previsto que el periodo para introducir modificaciones se abra este mismo viernes.
La proposición de ley registrada por el Grupo Socialista y Podemos en el Congreso fija un listón de 800 millones de euros sobre la base de ingresos por intereses y por las comisiones en la venta de productos financieros. El texto recoge 2019 como la fecha de referencia, el último ejercicio pre Covid. Las patronales presionan para que el Ejecutivo rebaje este listón a un nivel de entre 300 y 400 millones, según fuentes próximas a las patronales.
El sector clamó contra el impuesto por distorsionar la competencia y ahora confía en, al menos, repartirlo entre más entidades"
El sector estima que alrededor de un cuarto de las entidades quedaría fuera del perímetro actual del impuesto. Entre ellas, bancos extranjeros como ING y Deutsche Bank, que ingresaron entre 700 y 500 millones por su actividad en España en 2019. De ahí, que los ejecutivos bancarios clamaran contra esta peculiaridad del impuesto. "Me parece distosionador. ¿Vamos a dejar que los famosos fondos buitres sean más competitivos que la banca española para financiar a las empresas porque no tienen este gravamen?", protestó Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.
"Sería un mal menor y haría el impuesto más equitativo en el reparto", señala un alto directivo de uno de los grandes bancos. Desde el sector también se advierte de que bancos como ING o Deutsche Bank tendrían más fácil ofrecer productos atractivos si se quedan fuera del nuevo gravamen.
Otros puntos de la negociación
Pero este no es el único frente que está sobre la mesa. Las entidades han pedido al Ministerio de Economía una compensación fiscal vía el Impuesto de Sociedades, que en el sector es del 30%. En este punto, según las fuentes consultadas, el sector asume que será difícil, pero esta posibilidad se está tratando para influir en la fase de enmiendas.
Las patronales han planteado que el impuesto se pueda computar como gasto deducible por ser extraordinario durante dos años. Se trataría de rebajar la base imponible de Sociedades en unos 900 millones repartidos en los cuatro pagos previstos.
Los bancos han cambiado de estrategia porque no detectan "predisposición" de los partidos de la oposición por el coste político que puede tener a unos meses de entrar en un año electoral. Y que han constatado con el rechazo a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, como se intentó.
Ahora centrarán sus esfuerzos en tratar de 'convencer' al Gobierno, más aún después de que Nadia Calviña, vicepresidenta económica, se abriera a corregir el nuevo gravamen para evitar un choque frontal con el Banco Central Europeo (BCE), como publicó Vozpópuli. Mientras tanto, el organismo con sede en Francfort examina ya el impuesto para forzar un cambio.
pancho
Lo lógico sería intentar disuadir al Gobierno de crear este funesto impuesto. Pues no, la señora Botín y consortes, como buenos progres que son, prefieren más impuestos que menos.