Todos los grandes bancos españoles ya están en el mercado para librarse de sus activos morosos. Las dos únicas grandes entidades que quedaban por salir, Banco Santander y Sabadell, han lanzado recientemente dos operaciones con las que vender a fondos oportunistas créditos morosos, principalmente de pymes, valorados en 1.300 millones, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
La operación lanzada por Santander es el Proyecto Marina Bay, con 500 millones en créditos fallidos de pymes y de financiación al consumo. Es un tipo de operación de las que la entidad presidida por Ana Botín saca una o dos al año. Recientemente ha hecho lo mismo con su filial Financiera El Corte Inglés, tal y como adelantó este medio.
En el mercado se espera que en algún momento Santander venda carteras de créditos con garantía inmobiliaria, después de tener que echarse atrás el pasado mes de septiembre en el Proyecto Lince.
En el caso de Sabadell ha lanzado al mercado el Proyecto Gregal, la desinversión de una cartera de créditos morosos de más de 800 millones compuesta principalmente de negocio de pequeñas y medianas empresas.
Objetivos
Los detalles de esta operación ya se han distribuido entre los inversores por parte del asesor contratado por Sabadell, PwC. Esta venta está dividida en varias subcarteras. Del total a la venta, 600 millones son créditos de alrededor de 50.000 euros sin ningún tipo de garantía (unsecured, como se conoce en el mercado). El resto, 220 millones, son créditos con garantía inmobiliaria, principalmente residencial.
El objetivo del grupo es reducir a un ritmo de 2.000 millones anuales el lastre inmobiliario. Según las cifras que presentó en su última actualización estratégica el banco catalán cerró 2016 con un nivel de problemáticos de 18.617 millones y la guía dada al mercado es acelerar la digestión hasta alcanzar un nivel de 16.500 millones a final de año. La reducción en el primer trimestre fue de unos 500 millones, por lo que el ritmo es el esperado.
De cara al próximo plan estratégico 2018-2020, la meta será que los activos problemáticos bajen de los 10.000 millones dentro de tres años y medio, lo que implicaría que la morosidad del grupo fuera inferior al 3%.
Junto a Santander y BBVA, están en el mercado el grupo CaixaBank (Proyecto Tramontana, de 600 millones), BBVA (Proyecto Jaipur, también de 600 millones), Popular (Proyecto Neptuno), Bankia e Ibercaja.