El ajuste de oficinas y plantilla puesto en marcha este año por la banca española podría quedarse en nada ante lo que se avecina el próximo año. La presión que están sufriendo las entidades en los márgenes hace que ésta sea una se las pocas vías para sostener el resultado.
Así lo reconoce el propio Banco de España en su Informe de Estabilidad Financiera hecho público este jueves: "En este contexto de márgenes deprimidos que, previsiblemente, se prolongue en el tiempo, es de esperar que las entidades perseveren en sus esfuerzos por aumentar la eficiencia mediante la reducción de sus costes".
Es decir, los bancos deben seguir perseverando tras cerrar cientos de oficinas en 2016 y recortar miles de empleos. Los planes de ajuste más agresivos este año han sido los de Santander, Banco Popular (en marcha), BBVA y Banco Ceiss. El resto de grupos también han llevado a cabo recortes, pero en menor cuantía.
Junto al ajuste de gastos, el Banco de España sigue insistiendo en que se aceleren las fusiones, lo cual sería, asimismo, una vía de reducir costes: "También, en determinados casos, podrían considerar posibles operaciones corporativas, que
en sí mismas suelen permitir ganancias de eficiencia a medio plazo", expone el informe del regulador.
en sí mismas suelen permitir ganancias de eficiencia a medio plazo", expone el informe del regulador.
Estos consejos demuestran la preocupación del Banco de España por la baja rentabilidad del sector. Por ello, sitúa este factor como el mayor riesgo para la banca a corto y medio plazo. La rentabilidad sobre fondos propios (ROE) de las entidades españolas se situó en el 6,1% en el primer semestre, muy por debajo del 8,8% del mismo periodo del año anterior.
Las mejores noticias para la banca española es que sigue reduciéndose la morosidad (un 38% desde finales de 2013) y que el sector está en un buen nivel de capital, aunque algo por debajo de la media de los países europeos.