Duro Felguera ha pedido ayuda financiera a los bancos y al Gobierno para poder poner en marcha sus proyectos de ingeniería, según adelantó el pasado martes este medio. Una situación delicada para la compañía y que pone en peligro 161 millones de euros de Banco Santander.
La empresa que preside Ana Botín cuenta con el 50% de la deuda de la empresa de ingeniería. Banco Santander tiene en Duro Felguera 113 millones de euros de deuda, de los que 93 de ellos pasaron a ser obligaciones convertibles (deuda que se puede convertir en acciones) tras su acuerdo de refinanciación del pasado verano, según los datos que registra la compañía a cierre de 2018.
A esta cifra hay que sumar los 48,5 millones de euros que heredó la entidad cántabra tras la adquisición de Banco Popular, de los que 30 millones también han pasado a ser obligaciones convertibles. Santander tiene cuatro veces más deuda que el segundo acreedor de la compañía de ingeniería que es Banco Sabadell con 39 millones (32 millones en convertibles).
El acuerdo de refinanciación, según su último registro anual, también convirtió 12 de los 25 millones del préstamos de Bankia en deuda que se puede convertir en acciones. Este pacto también provocó que Caixabank recortase su deuda a 12 millones, Liberbank a siete, Caja Rural a tres y BBVA a dos millones. En total, este pacto entre la banca y Duro Felguera provocó que el total de la deuda de 318 millones pasara a 85 con la conversión a deuda convertible. Un grupo de acreedor que, según detallan fuentes financieras, habría incorporado durante 2019 a HSBC, Deutsche Bank y BNP.
Los 85 millones de este préstamo sindicado tiene un vencimiento de cinco años, con dos años sin amortizar deuda y un tipo de interés del Euribor del 2% entre el primer y el tercer año, con los años finales subiendo hasta el 3%. El calendario de amortización del préstamo sindicado supone una amortización en 2021 de 15 millones de euros, en 2022 de 20 millones de euros y en 2023 de 50 millones de euros.
Búsqueda proyectos
Este calendario permite a Duro Felguera estar 2019 y 2020 sin pagar deuda. Ahora, su problema actual es que su negocio no evoluciona como debería. Según insisten fuentes financieras, la compañía necesita de manera urgente financiación para poner en marcha los proyectos que tiene a corto plazo. Unos encargos que están siendo muy limitados en este ejercicio y que, de prologarse la situación y no poder poner en marcha los ya solicitados, pone en serias dificultades su negocio y a su plantilla de 1.600 trabajadores.
Su necesidad se ha convertido en una cuestión de Estado. Un grupo de representantes de la compañía ha mantenido durante este mes varios encuentros con miembros de la Administración para intentar lograr la financiación para estos proyectos que tiene en marcha, ya que en una primera instancia se ha encontrado con la negativa de las entidades financieras para recibir más dinero nuevo.
Pero, lejos de convertirse en prestamista, el Gobierno ha adoptado el papel de mediador. Estas mismas fuentes aseguran que los bancos han participado en estos encuentros y que comienzan a ser más proactivos a respaldar los avales que necesita Duro Felguera para poner en marcha los trabajos con los que se ha comprometido. Según concluyen, las entidades han reconsiderado su posición ante el riesgo millonario que tienen en esta compañía.