El presidente de La Caja de Canarias, Juan Manuel Suárez del Toro, aseguró hoy que no recibió información sobre el agujero de las cuentas de Bankia-BFA hasta mayo de 2012, cuando el nuevo presidente del grupo, José Ignacio Goirigolzarri, anunció la necesidad de pedir 19.000 millones de euros de ayuda pública.
Durante su declaración como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, el presidente de La Caja de Canarias y exvocal de BFA, la matriz de Bankia, sostuvo que no se le informó de que el auditor, Deloitte, hubiera planteado discrepancias sobre las cuentas de 2011 cuando hubo que aprobarlas, en marzo de 2012. Por ello, votó a favor de esas cuentas, que en el caso de Bankia reflejaban un beneficio de 309 millones de euros, frente a las pérdidas de 2.979 millones que se arrojaron con la reformulación acordada en mayo.
Ha asegurado que su "misión" en BFA era "asistir a las reuniones del consejo" y a votar lo que le indicaban
Según fuentes jurídicas, Suárez del Toro ha asegurado que no recibió ningún tipo de documentación o informe que avalara la petición posterior de un rescate de 19.000 millones de euros, que se realizó en mayo y que también apoyó ante el "desasosiego" que sufría por las noticias que veía sobre la situación del grupo. De hecho, durante su declaración ha llegado a asegurar que su "misión" en BFA era "asistir a las reuniones del consejo" y a votar lo que le indicaban, lo que siempre hizo por entender que eran las mejores decisiones que se podían tomar dentro del grupo financiero.
Respecto a la entrada de La Caja de Canarias en el grupo Bankia-BFA, Suárez del Toro afirmó que fue el propio Banco de España el que instó a la entidad canaria a sumarse a la fusión.
El primero en declarar
El presidente de La Caja de Canarias ha sido el primero de los 33 consejeros imputados en la investigación del caso Bankia que ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, ya que el interrogatorio del otro responsable citado para hoy, Ángel Villanueva, se ha aplazado a mañana martes porque su abogada tenía una citación judicial fijada con anterioridad.
Según fuentes de las acusaciones, la declaración de Suárez del Toro demuestra la total falta de información que reinaba dentro del consejo de administración de Bankia y BFA, donde sus miembros eran una "mera comparsa".
De hecho, el acta del consejo de Bankia celebrado el 25 de mayo, a la que ha tenido acceso Efe, refleja que los consejeros arremetieron contra el socio de Deloitte Francisco Celma por no haber informado a la comisión de auditoría en marzo que veía salvedades en las cuentas, lo que les llevó a aprobar los estados de 2011. El presidente del Comité de Auditoría, Alberto Ibáñez, afirmó que "el auditor externo, así como los responsables externos, le manifestaron expresamente que no existía salvedad o limitación alguna".
Así, "con ocasión de la formulación de las cuentas por el consejo de 28 de marzo, ello le permitió manifestar que, a pesar de no disponer del borrador de informe de auditoría, en el Comité de Auditoría y Cumplimiento se había informado favorablemente la propuesta de formulación de cuentas". El socio de Deloitte aseguró durante la reunión de marzo que la entrega en plazo del borrador de informe de auditoría fue imposible porque "no toda la documentación requerida les fue facilitada".
No obstante, en el sumario de la Audiencia Nacional también consta el informe remitido el 11 de mayo de 2012 por el Banco de España a la Comisión Ejecutiva de Bankia, en el que se dice que la empresa auditora "ha manifestado en repetidas ocasiones sus dudas" sobre las cuentas de la entidad. La auditora dudaba de la valoración de las acciones de Bankia en BFA y de los créditos fiscales computados, al tiempo que ponía de manifiesto la necesidad de "saneamiento de la cartera promotora general".