El antiguo ministro de Economía, Román Escolano, puso encima de la mesa la necesidad de crear un marco de pruebas financiero para revolucionar el sector. Ante esta idea nació el sandbox (caja de arena en inglés). Una medida que ha traspasado lineas políticas e ideologías y parece que va a salir adelante. La nueva ministra Nadia Calviño, ha recogido el testigo y no ha retrasado ni un sólo día el calendario para que este nuevo sistema lleve a España a lo más alto de la innovación financiera en Europa.
Lejos queda ya la guerra entre bancos y fintechs. Y la mayor prueba de ello es la entrevista que ha publicado el BBVA a Álvaro Martín, economista jefe de Regulación Digital y Tendencias de su firma de análisis, en la que habla de lo necesario que es para este país la creación del sandbox.
Martín asegura que con este marco de pruebas "el país se desmarca como referente en esta materia, con un anteproyecto de ley que gusta a la industria financiera y también a las nuevas ‘startups fintech’". Además, agrega que el proyecto cuenta con un "apoyo amplio de la industria", y no solamente de la bancaria, sino también de los representantes de los nuevos entrantes ‘fintech’ e ‘insurtech'.
Los participantes de la industria, ya sean entidades financieras u otro tipo de innovadores, podrán probar con poco riesgo, en un espacio de no sujeción a la normativa aplicable, determinadas innovaciones que puedan ser buenas para los clientes.
Punto de encuentro
De esta forma, el sandbox adelanta "el punto de contacto entre los innovadores y las autoridades para que comprueben si los modelos y las tecnologías que quieren aplicar tienen una respuesta adecuada entre los clientes, si son capaces de hacer una operación que tenga sentido comercialmente en el momento en el que deban cumplir con toda la regulación aplicable", asegura el experto, que agrega que si el sandbox funciona adecuadamente significa que va a haber más proyectos innovadores con una llegada definitiva al mercado en fase comercial.
El proyecto tal y como se plantea en España contempla un único punto de entrada, una ventanilla única a través de la Secretaría General del Tesoro. Una vez que el proyecto entra en el sandbox, la Secretaría General del Tesoro determinará qué autoridades supervisoras participan en la valoración del proyecto y, en su caso, en la definición del protocolo correspondiente.
"La expectativa que tenemos desde la industria es que se incorpore a autoridades como la Agencia Española de Protección de Datos o las autoridades de prevención de blanqueo de capitales, el Sepblac", expone Martín.
Por otro lado, el BBVA apuesta por un "único sandbox regulatorio europeo que favoreciera los servicios transfronterizos dentro de la Unión Europea".