El Banco Central Europeo (BCE) aprieta las tuercas a la banca para que contabilice correctamente los costes de cada línea de negocio a fin de evitar el dumping en la concesión de crédito y favorecer así un incremento de la rentabilidad de las entidades. Esta práctica comercial consiste en vender por debajo de costes, es decir, a pérdidas, con el objetivo de mermar a la competencia y ganar así cuota de mercado.
El Banco de España introdujo en 2016 una modificación de la circular contable de las entidades de crédito (Circular 4/2004) para actualizar el Anejo IX y adaptar la normativa a los nuevos desarrollos regulatorios, entre los que se incluye IFRS 9. Esta circular prevé una penalización para aquellas entidades que concedan crédito a pérdidas, ya que las que otorguen préstamos con un precio demasiado bajo que no cubra los costes ni el riesgo, tienen que anotarse la operación como un gasto en su cuenta de pérdidas y ganancias, lo que implica reconocer una pérdida.
El problema desde entonces, y por lo que el BCE presiona a las entidades, reside en las dificultades que entraña calcular la rentabilidad de cada operación. Los bancos ya advirtieron de este problema, pues pidieron al supervisor una mayor definición en cuanto a los costes a tener en cuenta, ya fuesen los tipos de interés, el consumo de capital o los eventuales gastos de administración a incluir.
Desde Fráncfort se pide a los bancos que delimiten cuánto les cuesta realizar un crédito al consumo, una hipoteca o un préstamo preconcedido a través de la web
Delimitar costes
Ahora, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli, desde Fráncfort se insta a las entidades a categorizar el coste de la concesión de crédito en función de cada línea de negocio. Es decir, el BCE pide a los bancos que delimiten cuánto les cuesta realizar un crédito al consumo, una hipoteca o un préstamo preconcedido a través de la web, entre otros.
De este modo, los reguladores podrán establecer un baremo de hasta qué limite puede prestar cada banco en cada segmento y por cada canal. El objetivo de esta medida es favorecer un incremento de la rentabilidad de las entidades, una de las principales inquietudes de los supervisores ante el actual escenario de bajos tipos de interés.
Beneficio de las entidades
"La falta de rentabilidad del sector bancario de la zona del euro es motivo de inquietud para los supervisores", aseguró la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) Daniele Nouy en una entrevista incluida en el último Informe Anual sobre las actividades de supervisión del BCE, donde incidió en que incrementar la rentabilidad era "el principal desafío de los bancos".
De hecho, las fuentes consultadas inciden en que la medida es beneficiosa para las entidades, pues les permitiría tener mejor delimitados los gastos de cara a potenciales recortes o inversiones, aspectos que contribuyen a incrementar sus rendimientos.