Braulio Medel sabía que jugaba con las cartas marcadas en la negociación con el Banco de España por Banco CEISS, la ficha bancaria de Caja España-Duero. Por una parte, el banquero sevillano conocía la difícil gestión que tendría para el supervisor una nueva entidad nacionalizada y su posterior venta. De otra, la liquidación de CEISS hubiera supuesto una millonaria factura de 7.762 millones, que sumar a los cerca de 1.200 millones en ayudas públicas que ha recibido la entidad entre FROB 1 y la última inyección en forma de 'cocos'.
Esta cantidad de dinero público se verá incrementada en el entorno de otros 400 millones que ha solicitado Medel para blindarse de las sobrevaloraciones de los activos traspasados por CEISS al banco malo (300 millones), y otros 100 millones que irían a compensar a los clientes que adquirieron preferentes.
"La operación hubiera resultado más costosa para el Estado de no ceder a las peticiones de Unicaja. La nacionalización habría implicado más aportación de ayudas públicas por el deterioro de la entidad castellanoleonesa, además de que una hipotética subasta de CEISS hubiese resultado casi imposible para el FROB. Se podría haber planteado un escenario en el que la liquidación ordenada de la entidad fuera la única solución", explican fuentes del sector.
Esa liquidación o resolución ordenada hubiera supuesto otra aportación de dinero público de 7.762 millones, según reconocen el Banco de España y el FROB en el documento sobre las quitas a los productos híbridos de CEISS. Según el supervisor, los informes de valoración efectuados por HSBC, Barclays y la consultora BDO arrojan un valor de liquidación de CEISS por valor de 7.762 millones.
Los informes efectuados por HSBC, Barclays y BDO cifraron la liquidación de CEISS en más de 7.700 millones
Este precio de liquidación apenas es 362 millones superior al coste que hubiera supuesto ese mismo proceso en el Banco de Valencia. Precisamente, en el caso de la entidad valenciana, su liquidación hubiese sido más barata que la adjudicación a Caixabank, como se aseguraba en un informe del propio FROB encargado a Nomura.
En el caso de CEISS, la menor aportación de ayudas públicas (1.700 millones) frente a las que había recibido el Banco de Valencia (5.500 millones) aconsejan "hacer todo lo posible" por que fraguase la integración con Unicaja, según reconocen fuentes del sector, y evitar su liquidación.
La adquisición de Ceiss por Unicaja está en su recta final pero aún no está firmada, de ahí que el FROB deje la puerta abierta a otra solución para las participaciones preferentes y la deuda subordinada. En el peor escenario –que finalmente la entidad producto de la fusión de Caja Duero y Caja España caiga bajo el control del fondo español de rescate a la banca– los dueños sufrirían descuentos muy superiores a los de si Unicaja la absorbe.
Los particulares perderían entre un 73,8% y un 39,9% de entrada, y después tendrían previsiblemente que acudir al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para que les recomprara los títulos, a semejanza de lo que ocurrirá con los dueños de híbridos de Novagalicia y Catalunya Banc. El FGD impondrá una segunda quita a los particulares que acudan a él para recuperar parte de su dinero. En el caso de que fructifique la operación con Unicaja, las quitas a los pequeños inversores se reducirían a una horquilla del 10% al 60%, según el tipo de emisión.
Las preferentes y la deuda subordinada que asumirán recortes suman 1.190 millones de euros, según la resolución del FROB. De este importe, 1.010,6 millones está en productos vendidos a particulares en oficinas y 179,4, comercializados entre inversores institucionales. Las pérdidas que asumirán unos y otros son dispares y también el producto que de entrada recibirán a cambio de los híbridos. A los pequeños inversores se les canjearán sus productos por bonos contingentes convertibles (cocos) de Ceiss y a los grandes, por acciones de Ceiss.