CaixaBank ha pactado hoy con la representación sindical del banco un plan de prejubilaciones para empleados de 58 o más años de las provincias de Barcelona y Teruel que, calcula, le costará unos 100 millones de euros, según han precisado a Efe fuentes de CaixaBank.
El banco estima que el número de empleados que pueden cumplir los requisitos marcados por edad es de 376 personas, aunque asume que no todos aceptaran las condiciones ofrecidas.
En una conferencia con analistas para presentar los resultados de 2019, la entidad ha explicado que unas 200 personas podrían acogerse al citado plan, y que aunque el coste podría estar en torno a los 100 millones, las salidas voluntarias generarán un ahorro para la entidad de 20 millones este año y 25 millones en los siguientes ejercicios.
Finalmente, UGT y SECB han dado su visto bueno al plan de prejubilaciones, por el cual los adheridos recibirán el 70 % de su retribución fija bruta anual hasta que puedan prejubilarse, mientras que CCOO se ha desmarcado al entender que las condiciones son insuficientes y un agravio respecto al personal que se marchó con el ERE de 2019.
La entidad abonará el convenio especial de la Seguridad Social a quienes acepten estas desvinculaciones voluntarias y continuará efectuando aportaciones al plan de pensiones, entre otros detalles.
1 de abril, la salida
El plazo de adhesión a este plan se abrirá en los próximos días y la fecha de salida de los empleados adheridos es el 1 de abril.
CaixaBank anunció a mediados de enero este plan, exclusivamente dirigido a empleados de 58 o más años de las provincias de Barcelona y Teruel, que son las dos únicas que quedaron fuera del ERE pactado en mayo del año pasado para un total de 2.023 empleados.
CaixaBank no incluyó a estos dos territorios en el ERE al considerar que faltaba personal en dichas provincias.
Ahora da la oportunidad a empleados de dichas provincias de acogerse a un desvinculación voluntaria incentivada y, en paralelo, prevé realizar contrataciones en Barcelona, principalmente de perfiles jóvenes, para rejuvenecer la plantilla.
El ERE llevado a cabo en 2019 costó al banco 978 millones de euros -685 millones en términos netos-, si bien le permitió un ahorro de unos 200 millones al año.