"A nosotros no nos preocupa que haya habido una especie de explosión en términos de nuevas vías de participación, en una sociedad democrática hay que verlo con naturalidad y son espacios complementarios. El espacio natural de los sindicatos son las empresas, donde el papel de las formaciones sindicales es trascendental", ha asegurado el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien confirma así una de las críticas que se vienen haciendo a las formaciones sindicales clásicas: que se preocupen más por mantener el 'statu quo' de los que ya tienen empleo que por tratar de ayudar a los que se encuentran en paro, en este momento algo menos de seis millones de personas según la última Encuesta de Población Activa (EPA).
El veterano líder sindical se ha querido así desmarcar de los movimientos que, como los originales 'indignados' o el 15M, se sitúan fuera del sistema o con intención de revertirlo: "Nosotros practicamos la integración crítica en el sistema, somos representativos del sistema democrático", ha dicho, para a continuación desechar la idea de que las organizaciones españolas son de las peor valoradas de toda Europa: "Los italianos tienen más afiliados, pero el 60% son jubilados, mientras que en Alemania la cobertura a la pyme es ínfima".
No obstante, para ver el poco poder de convocatoria de las organizaciones sindicales, sólo hay que ver la gran diferencia en la asistencia de las dos últimas grandes manifestaciones en contra del Gobierno que se han producido en Madrid. En la del 22 de marzo, convocada por organizaciones sociales, cientos de miles de personas anegaron el centro, en unas concentraciones tras las que hubo enfrentamientos contra la policía. Y el 3 de abril, en otras marchas convocadas por UGT, CC OO y USO también en la capital, apenas unos pocos miles de personas marcharon por el centro de la ciudad.
No mucha autocrítica entre los líderes sindicales, pero sí una cerrada defensa de su función de negociación colectiva, debilitada con la reforma laboral
En definitiva, no mucha autocrítica la que se ha escuchado en el Foro de Excelencia Laboral organizado por KPMG Abogados, y donde también ha acudido Ignacio Fernández Toxo, secretario general del otro gran sindicato de clase que la Transición 'oficializó', Comisiones Obreras. Toxo se ha mostrado muy activo en la defensa de una de las principales funciones sindicales: la negociación colectiva, asegurando en varias ocasiones que es imprescindible frente a una reforma laboral que la ha cercenado para facilitar la flexibilidad a través de las negociaciones individuales.
No al modelo alemán
Toxo también se ha mostrado contrario a implantar en España un sistema como el de los 'minijobs' alemanes. Para el líder de CC.OO: "Los 'minijobs' funcionan en Alemania porque el Estado completa la parte de salario que no pagan las empresas. Porque con 400 euros no puede vivir una persona, ni en España ni en Alemania. Pero las ayudas sociales a la vivienda o a la familia son las que garantizan unos ingresos de 1.400 o 1.500 euros a una persona que trabaja con un 'minijob' en Alemania. Por eso no pueden cuajar los 'minijobs' en Alemania, porque tenemos un Estado social mucho menos avanzado", ha asegurado.
Sin embargo, ha asegurado el sindicalista, es precisamente el modelo alemán el que ha cogido el Gobierno de Mariano Rajoy para "repartir el mismo trabajo entre más personas y en peores condiciones, lo cual produce una reducción estadística del paro pero no unas peores condiciones para vivir". Según Toxo, eso es lo que está pasando en estos momentos en España.
Propuestas de más gasto
Por otra parte, y en contra de la que viene siendo la tendencia en España y en la zona euro en los últimos años, las organizaciones sindicales han vuelto a apostar por un modelo de estatalización de la economía con mayor gasto público: "El gran vivero de empleo es el sector público", ha asegurado el gallego Toxo, que ha reconocido que esto "es contradictorio con la ideología dominante". Para Toxo, "no es el sector público fabricando acero, sino su papel a través de servicios básicos a la ciudadanía, es decir, el modelo social. Apuntalar el cambio de ciclo económico pasa por una reforma fiscal que garantice suficiencia de ingresos que permita el sostenimiento y ampliación del Estado social".
De esta manera, el líder sindical apostó por más presencia del Estado ofreciendo servicios, algo que va radicalmente en contra de lo que está ocurriendo en los últimos años.