La apertura de los grandes mercados automovilísticos mundiales, y principalmente el europeo, a los fabricantes chinos está facilitando que en el coche eléctrico se vea una mayor presencia de modelos del país asiático. Y es que China, que es además el mayor mercado automovilístico del mundo, sigue firme en su apuesta por esta tecnología, con numerosas marcas relativamente nuevas que van surgiendo viendo el potencial de crecimiento en ventas que pueden tener en los grandes mercados.
Además, un pequeño frenazo en las ventas internas en los últimos meses tras el final de los subsidios que ofreció el Gobierno chino a este tipo de vehículos –que estuvieron en vigor desde 2009 hasta finales del año pasado– se dejó notar, frenando el espectacular ritmo de crecimiento.
Por ello, ante la competencia, el final de los subsidios –aunque China ya estudia volver a implantarlos a partir del año que viene– y la tendencia a la ralentización de la economía nacional, las marcas chinas miran cada vez más al exterior para seguir creciendo.
Y lo hacen ya no sólo pensando en aumentar las exportaciones, sino también crear nuevas fábricas en suelo europeo. Es el caso de una de las mayores empresas automovilísticas de China, Saic, que está buscando una localización en Europa para abrir una fábrica, según un directivo citado por el portal de noticias económicas Yicai.
Hace tres años el presidente de la firma, Chen Hong, aseguró que Saic consideraría la posibilidad de abrir una fábrica en Europa cuando sus ventas en la región alcanzasen las 100.000 unidades, un hito que logró el año pasado.
Fábricas por todo el mundo
Tras ello, la compañía, con sede en Shanghái, cumplió con lo prometido y puso la búsqueda de un lugar apropiado para una fábrica en Europa en su agenda para 2023, reveló Yu De, director general del departamento de negocios en el extranjero de Saic, en un encuentro con medios locales.
Este fabricante, que efectúa la mayor parte de sus negocios exteriores bajo la marca MG, fue en 2022 la marca china que más vehículos exportó al extranjero, reteniendo esa corona por séptimo año consecutivo gracias a sus ventas de más de un millón de unidades fuera de China.
Además, los últimos datos de la compañía muestran que, durante el primer trimestre de 2023, sus ventas en el extranjero aumentaron en torno a un 40% interanual hasta unas 530.000 unidades. La firma cuenta con cadenas de montaje en Tailandia, Indonesia e India, así como con una fábrica de componentes en Pakistán y centros de investigación y desarrollo en Silicon Valley (California, EE. UU.), Londres y Tel Aviv.
Dentro de poco, añadirá una nueva planta en Europa, en uno de los mercados donde la propia legislación interna impone la llegada del coche eléctrico con normativas cada vez más restrictivas para el coche de combustión. Y China ha reaccionado con rapidez para hacerse con una parte importante del mercado.
Las cifras hablan por sí solas, y los fabricantes chinos han alcanzado esta semana un récord al llegar hasta los 20 millones de coches eléctricos producidos, una noticia que llega a la vez que BYD, otro de los gigantes automovilísticos del país, anunció un récord de ventas en el primer semestre del año con 1,26 millones de unidades comercializadas, lo que supone casi el doble que en el mismo periodo del año anterior.
