Nuevo capítulo del enfrentamiento entre la industria petrolera y el Gobierno con el proceso de transición ecológica de fondo. El consejero delegado de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), Jorge Lanza, se alineó con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, a la hora de advertir sobre los riesgos de que España sea excesivamente ambiciosa en su lucha contra el cambio climático y las consecuencias para un sector de petróleo y gas que aporta del 2,5% del PIB y 14.000 millones al año en impuestos.
"El Gobierno tendrá que pensar cómo sustituye esta partida en la transición energética", apuntó Lanza durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Executive Forum en el que alertó del riesgo de deslocalización que puede padecer el sector como consecuencia de los ambiciosos objetivos del Gobierno en materia de descarbonización de la economía.
"Hay un riesgo de que este proceso se vuelva en nuestra contra, No podemos ser más papistas que el Papa”, aseguró Lanza, ante la posibilidad de que las metas de reducción de emisiones provoque una huida de la industria hacia otros países. "La deslocalización no resolverá el problema de la contaminación porque el único efecto que se consigue es que se contamine en otro país. En cambio, sí será perjudicial para la economía española".
A finales del pasado mes de mayo, el presidente de Repsol aprovechó su discurso en la junta de accionistas de la compañía para cuestionar el liderazgo asumido por el Gobierno español en la lucha contra el cambio climático. Las palabras de Brufau provocaron la respuesta de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que afeó el discurso del empresario por considerarlo anticuado.
"La solución no es prohibir"
El consejero delegado de CLH también se refirió a la industria del automóvil, que se ha visto igualmente sacudida por la intención del Gobierno de prohibir los motores combustión a partir de 2050. "El sector automovilístico tiene un peso muy superior al petrolero por lo que el Gobierno debería tener cuidado a la hora de plantear estas cuestiones".
Lanza se mostró partidario de marcarse objetivos "pero la solución no es prohibir". Y consideró como muy ambiciosa la meta de alcanzar los cinco millones de vehículos eléctricos en 2030, que supone el 30% de la flota del país. "Supone doblar las previsiones de la patronal Anfac, lo que nos lleva a pensar que los combustibles aún seguirán durante mucho tiempo".
El ejecutivo consideró que el Gobierno debería enfocar más su batalla en procurar que grandes economías emergentes, como India y China, se sumaran a la lucha por la descarbonización de la economía. Y también establecer un impuesto al CO” para desincentivar sus emisiones.
"La inversión necesita estímulos. La prueba es que ahora hay mucha inversión en energías renovables y eso sucede porque ya es rentable. Si hay retorno, la inversión no va a faltar", sentenció Lanza, para quien el factor fundamental en la transición es hacer la energía competitiva. "Si se eliminan las nucleares, los ciclos, el petróleo y las renovables no son suficientes para ocupar su lugar, seguiremos teniendo una energía cara".