Entre los años 2003 y 2018, y al amparo de los gobiernos de los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, las 58 filiales controladas por ACS en México recibieron al menos 76 contratos públicos por una cantidad de 6.766 millones de dólares (unos 6.000 millones de euros), según ha revelado esta semana la revista Proceso.
En un reportaje de investigación titulado ‘Florentino Pérez en México, los oscuros negocios del presidente del Real Madrid’, el semanario mexicano relata a lo largo de once páginas la forma en que Pérez “instaló y consolidó un impresionante imperio económico gracias a los buenos oficios de esos mandatarios”, convirtiéndose en uno de los empresarios extranjeros más favorecidos por los tres expresidentes y "aprovechando la fama internacional" del Real Madrid "para ganarse las simpatías de las comunidades donde realiza sus negocios" .
Esta semana en la #NuevaEdición de #Proceso: Cómo construyó el presidente del #RealMadrid su oscuro imperio en México. pic.twitter.com/r6VpwSCc1z
— Proceso (@proceso) June 22, 2019
La revista detalla que, desde 2003, Pérez obtuvo a través de sus empresas un total de 16 contratos durante el Gobierno de Fox valorados en 290 millones de euros. En el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) ganó otros 43 contratos por el equivalente a 2.000 millones de euros, mientras que durante el mandato de Peña Nieto (2012-1018) recibió al menos 27 concesiones por una cantidad cercana a los 3.900 millones de euros.
Los negocios de las filiales de ACS en ese país se centran en proyectos energéticos como parques eólicos, refinerías, centrales eléctricas, pozos petroleros y gasísticos, pero también a sistemas de telepeaje en autopistas federales y otras obras públicas e industriales.
Operaciones bajo investigación
Sin embargo, desde la llegada al gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, filiales de ACS se han visto salpicadas en al menos dos casos judiciales de presunta corrupción relacionados con la petrolera estatal Pemex, según la información del semanario mexicano.
En uno de ellos, la Fiscalía General de la República de México investiga si la empresa Cobra, filial de ACS, se benefició de los sobrecostes generados por una operación presuntamente fraudulenta de 2014, la compra por parte de Pemex de las fábricas de urea y la unidad de compresión de la empresa Agronitrogenados, que se encontraba en situación de quiebra y pertenecía a la compañía acerera Altos Hornos de México (AHMSA).
Tras aquella adquisición, Pemex contrató a Cobra para rehabilitar las fábricas que había comprado a AHMSA. Un informe de la Auditoría Superior de la Federación (AHF), al que hace referencia ‘Proceso’, señala que la filial de ACS obtuvo el contrato con una propuesta de 260 millones de dólares. Sin embargo, en noviembre de 2015 los sobrecostes derivados de la remodelación de las fábricas se incrementó hasta los 443 millones.
"Además, en su informe de auditoría 532-DE, publicado en diciembre de 2015, la ASF observó que Cobra incurrió en irregularidades por cerca de 900 millones de pesos (uno 41 millones de euros) en la remodelación de las plantas mencionadas", detalla el semanario.
Por este proceso judicial se encuentra prófugo el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, a quien se acusa de haber recibido un soborno de 3.5 millones de dólares del expresidente de AHMSA, Alonso Ancira. Conocido como ‘El rey del acero’ en México, Ancira se encuentra encarcelado en España y a la espera de extradición desde su detención el pasado 28 de mayo en el aeropuerto de Palma de Mallorca.
En otro caso al que alude ‘Proceso’, las autoridades mexicanas investigarían posibles irregularidades en un contrato que la administración de Peña Nieto otorgó en 2018, sólo tres semanas antes de abandonar el gobierno, a un consorcio del que forma parte Sociedad Industrial de Construcciones Eléctricas SA, otra de las empresas controladas por ACS en México.
Una mina de oro para ACS
Desde 2014, ante la expansión de su negocio en el país, ACS decidió dotar de entidad jurídica propia a sus filiales en México e integrarlas todas en el grupo Avanzia.
Para liderar ese consorcio que engloba a todas sus filiales mexicanas, ACS nombró como presidente del Consejo de Administración de Avanzia a Francisco Gil Díaz, quien se desempeñó como ministro de Hacienda durante el Gobierno de Vicente Fox, el presidente con el que Florentino Pérez inició su expansión en México.
El pasado año, el país latinoamericano se convirtió en el segundo mayor mercado en el sector de ventas industriales para ACS, con 976 millones de euros.
Relación con Peña Nieto
En su reportaje, ‘Proceso’ recuerda que el 9 de julio de 2013 Florentino Pérez fue recibido por Enrique Peña Nieto y otros miembros de su Gabinete en el palacio presidencial de Los Pinos. Una reunión en la que, según informó el propio Gobierno mexicano, se acordaron nuevos negocios para ACS en ese país. Entre ellos un gran proyecto ‘offshore’ para Dragados: el diseño y construcción de plataformas petrolíferas en dos yacimientos en el estado de Campeche.
En abril de 2014 la entonces esposa del presidente mexicano, Angélica Rivera, asistió al Palco del Bernabéu a un partido de Champions League entre el Real Madrid y el Bayern Múnich. Y solo dos meses después Florentino Pérez fue uno de los invitados especiales en la recepción oficial que Peña Nieto ofreció en el Palacio del Pardo durante su visita a España.
En el verano de 2014, añade el semanario, el Gobierno de Peña Nieto otorgó un contrato de 432 millones al grupo empresarial de Florentino Pérez en México para la construcción y puesta en marcha de cuatro plantas de tratamiento de aguas y la modernización de cinco plantas hidrosulfuradoras de diésel.