Tiempos difíciles para la industria del automóvil en España, uno de los sectores más afectados por el coronavirus y que está pasando factura no sólo a las propias fábricas de turismos, sino a las muchas industrias de componentes que producen tanto para las fábricas españolas como europeas, y que están también bajando sus ritmos de producción e incluso parando en muchos casos.
SEG Automotive va a presentar un expediente de regulación de empleo temporal para la práctica totalidad de los más de 700 trabajadores de la fábrica de Treto (Cantabria), la única instalación que tiene en España, una medida que no afectará a los empleos administrativos. El fabricante de componentes de automoción ha decidido parar la actividad industrial durante seis meses por fuerza mayor motivado por la crisis sanitaria, si bien se podrá reactivar la producción en cualquier momento durante ese periodo.
Además de para evitar contagios entre la plantilla, la empresa alega falta de material por parte de proveedores que impiden un montaje completo de los alternadores para vehículos que fabrica la planta cántabra. Una vez que la autoridad laboral admita el expediente propuesto por la empresa, el ERTE se aplicará con carácter retroactivo desde el pasado martes a todos los operarios de la cadena de montaje, quedando exentos los administrativos que ya trabajan desde sus domicilios, mandos superiores o personal de desarrollo y control.
El comité de empresa negociará con la dirección complementar la prestación por desempleo con compensaciones para los trabajadores, como el mantenimiento de las pagas extraordinarias y vacaciones. "De momento se niegan porque alegan que SEG Automotive tiene una falta de liquidez que puede acarrear problemas en el futuro", explican fuentes sindicales, y aseguran que "lo máximo que pueden compensar son 200 euros al mes" para cada empleado.
Lear, ERTE en Cataluña
Por su parte, Lear Corporation, que produce componentes electrónicos para marcas como BMW o Volvo, ha presentado varios expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectan a unos 1.100 trabajadores de sus plantas catalanas situadas en Valls (Tarragona), Martorell (Barcelona) y la Zona Franca de Barcelona. Según han informado a Efe fuentes de los comités de empresa de estas factorías, la multinacional ha presentado expedientes de regulación temporal de empleo en las fábricas que tiene en España alegando causa mayor, debido a la crisis del coronavirus.
Uno de los expedientes afecta a los 850 trabajadores de la planta de Valls, que fabrica electrónica para vehículos de marcas como BMW, Jaguar o Volvo. El ERTE, que se presentó el pasado viernes, tiene, en principio, vigencia hasta el próximo día 20 de abril y todavía está pendiente de que la Generalitat lo apruebe.
La empresa también ha presentado un ERTE para la fábrica de Martorell, que fabrica asientos para Seat, y que afectará a sus casi 150 trabajadores. En este caso, el ERTE se presentó el pasado miércoles para un total de 36 días, prorrogable si se amplía el estado de alarma.
De la misma manera, la planta de Lear en Zona Franca, que fabrica asientos para Nissan y Renault, ha presentado un ERTE para unas 100 personas. En todos los casos, la dirección de Lear se ha comprometido a complementar hasta un 80% el salario y a respetar las vacaciones y las pagas íntegras.
Ficosa, 1.400 empleados afectados
Una de las más afectadas del sector es la multinacional Ficosa, que ha presentado también un ERTE para la planta de Viladecavalls (Barcelona), que afecta a toda su plantilla de 1.400 trabajadores. La suspensión temporal de empleo comenzó el pasado martes y la dirección ha acordado con los sindicatos complementar la prestación de desempleo de la plantilla hasta un 80% del salario.
Con el ERTE, Ficosa pretende adaptar su estructura y capacidad al nuevo escenario provocado por la pandemia, que se ha traducido en una caída de la demanda por parte de los clientes y una limitación o imposibilidad de producción por falta de componentes, materias primas o por precaución sanitaria. Así, la compañía considera el expediente "un ejercicio de responsabilidad, para evitar un mal mayor", además de una herramienta para garantizar la viabilidad futura de la empresa y de sus empleos.
El ERTE se mantendrá hasta que el contexto general vuelva a ser de normalidad y desaparezcan los motivos que han llevado a presentarlo.