La nueva ley de Copyright que se cocina en los pasillos de la Comisión Europea trata, según puede leerse en el texto, de que artistas y creadores sean mejor remunerados.
Para ello la UE ha decidido arrinconar a las plataformas que encuentran su razón de ser en contenidos de terceros, caso de Google, Facebook, Youtube o Twitter.
El texto, no obstante, no es preciso ni en las formas ni en el fondo. No explica cómo se debe realizar esa remuneración ni en función de qué parámetros. Se limita a dejar la pelota en el tejado de las entidades de gestión.
"La repercusión de la remuneración del uso de contenidos protegidos corresponde a prestadores de servicio como Google o Youtube, según puede leerse en los Artículos 13 y 14. La ley, de momento, se limita a decir que esta remuneración debe ser justa, pero no apunta cuantía alguna. Es una ley que parece hecha para reclamarle el incremento del pago de derechos a este tipo de empresas, a los grandes de Internet. Aún puede haber modificaciones, pero en España tal y como está redactado el texto hoy en día Google y Facebook tendrían que sentarse con la SGAE a negociar la cuantía de los derechos y la forma en que se valorarían", explica Sergio Carrasco Mayans, abogado de Faseconsulting especializado en nuevas tecnologías.
Habrá falsos positivos. Contenido libre de derechos será bloqueado por error. Ya sucede hoy en día con Facebook, bloquea de forma errónea supuestas fotos de desnudos que en realidad no lo son"
Lo que está claro es que la UE ha dado un golpe sobre la mesa para que este tipo de empresas destinen parte mayor de lo que facturan en publicidad a las entidades de gestión de derechos y por ende a los artistas y creadores.
Desde Google aseguran que ya pagan impuestos a traves de Content ID, un software desarrollado por la propia compañía que permite al artista o entidad de gestión saber si una canción se está utilizando pese a tener derechos de autor, y bloquearla o pedir la remuneración correspondiente.
Según datos de Promusicae publicados por RTVE, Youtube ha repartido en nuestro país más de 10 millones de euros en derechos de autor durante los seis primeros meses del año.
Cuando un contenido sea bloqueado por error, deberá ser revisado por un humano, lo que ralentizará la subida de contenidos. Las redes sociales se verán castigadas. Su razón de ser está en la inmediatez
La Federación de la Industria Fonográfica Internacional asegura que en 2017 Spotify pagó 4.718 millones de euros a propietarios de derechos de autor mientras que Youtube alcanzó los 734 millones de euros. La diferencia es que Youtube tiene seis veces más usuarios, pero Spotify es de pago (9,99 euros al mes) en su versión sin anuncios frente a la gratuidad que siempre ofrece Youtube a cambio, eso sí, de mostrar publicidad.
La UE quiere un trozo mayor de la tarta publicitaria, algo que podría asfixiar a Spotify, en una situación más delicada que Youtube.
"Spotify es de pago y sin embargo en un año y medio es posible que quiebre por la presión que hacen los lobbies del Copyright para que paguen un dinero que no generan. Los autores deben tener derechos, por supuesto, pero lo que hace esta ley es poner sus derechos por encima de la libertad de expresión y a recibir información", explica Sergio Salgado, de la plataforma activista Xnet.
Es absurdo saber cómo va a funcionar todo esto tal y como está planteado. Es una locura. Creo que pasado un tiempo la Unión Europea se darán cuenta que es algo mal hecho y lo tirará para atrás"
Google News podría dejar Europa
Los medios de comunicación podrán también plantarse y exigir el pago de un canon a Twitter, Google o Facebook. En España, el conocido como Canono AEDE -un impuesto muy similar al que propone Bruselas- hizo poner pies en polvorosa a Google News, el agregador de noticias de la compañía norteamericana.
No sería descabellado pensar que el buscador hiciese lo propio si se ve acorralado en el viejo continente, incapaz de rentabilizar su agregador de noticias por el incremento de la presión fiscal.
Un Internet con licencia
La idea inicial de Tim Berners-Lee, padre de la WWW (World Wide Web), lo que es Internet como lo conocemos hoy en día, podría ser modificada.
"La web de Bernes-Lee tenía en su día como alternativas otros sistemas más avanzados, pero el hecho de que en su caso se tratara de un Internet abierto para compartir enlaces sin ningún tipo de cortapisa fue clave en su éxito. Ahora la UE quiere crear un Internet con licencia. Es curioso porque como somos una sociedad civilizada no se puede llamar censura, así que la llamaremos Copyright", explica Salgado de Xnet.
Falsos positivos
La regulación tal y como está planteada marca la obligación de contar con herramientas que bloqueen contenido con derechos de autor. Es algo que provocará casi con toda seguridad problemas a la hora de subir información a la red.
"El texto es muy bonito pero la práctica será otra. La realidad es que va a haber falsos positivos. Noticias que deberían publicarse serán bloqueadas. Es algo que ya sucede en Facebook. A veces elimina imágenes que interpreta que son desnudos cuando no lo son", explica Carrasco.
Además, el texto establece que el usuario puede reclamarle a la plataforma que ese contenido está libre de derechos y que se debe publicar. Llegados a este punto, el texto obliga a que el contenido sea revisado por un humano. Esto ralentizará aún más el proceso de subida. Son malas noticias para las redes sociales. Se mueven al ritmo de la actualidad, segundo a segundo. La inmediatez es su razón de ser.
En España el Canon AEDE -impuesto similar al que propone Bruselas para la UE- hizo poner pies en polvorosa a Google News-. No sería descabellado pensar que su agregador abandonase otros países de Europa
Un batido de circunstancias que podría cortar la mayonesa de los impuestos. Situaciones como la incertidumbre sobre cómo se cobrarán y valorarán las obras, el bloqueo arbitrario de contenidos y una gran parte de la comunidad internauta contra esta legislación son un palo en la rueda de la futura ley del Copyright.
Ennrique Dans, profesor de Sistemas de Información en el IE, pone la guinda al pastel del que Bruselas quiere sacar tajada. "Es absurdo saber cómo va a funcionar todo esto tal y como está planteado. Es una locura. Creo que pasado un tiempo la Unión Europea se darán cuenta que es algo mal hecho y lo tirará para atrás".