El fuerte desfase de las cuentas en 2015 ha llevado al Gobierno a plantear un nuevo objetivo de déficit mucho menos ambicioso para este año y a hacer varios ajustes para corregir el desvío e intentar evitar la multa de Bruselas. Sin embargo, la nueva cifra, que se dio a conocer hace solo unas semanas, no parece convencer al mundo económico. La Comisión Europea ha sido la primera en avisar de que será difícil cumplir con el 3,6% y algunos organismos y servicios de estudios empiezan a sumarse a este mensaje.
El primero ha sido el servicio de estudios de Caixabank, que en un informe recogido por Vozpópuli alerta de que el nuevo déficit que se ha planteado en el Programa de Estabilidad no está asegurado, sobre todo si se tiene en cuenta que el saldo negativo de las cuentas ya se ha situado en el 1,13% en los dos primeros meses del año, lo que equivale a 12.684 millones de euros.
Si se descuenta el saldo neto de las ayudas a instituciones financieras (239 millones), que no cuenta en el procedimiento de déficit excesivo, el déficit consolidado se reduce a los 12.445 millones, 1,11% del PIB, lo que implica que sólo puede crecer 2,5 puntos en los 10 meses que quedan por delante. En cualquier caso, lo más preocupante de esta cifra es que es superior a la registrada un año antes, 0,92%, lo que hace que empiecen a saltar las alarmas sobre la corrección de 2016.
La Comisión cree que el déficit se irá al 3,9% este año y al 3,1% en 2017, de forma que España no saldría del procedimiento de déficit excesivo hasta 2018
En sus previsiones de primavera, la Comisión avisa de que el déficit se irá al 3,9% en 2016 y al 3,1% en 2017, cifras superiores a las planteadas por el Gobierno en el documento que envió el sábado a Bruselas (3,6% y 2,9%). De cumplirse las previsiones de la Comisión, España no saldría del procedimiento de déficit excesivo el año que viene, sino que tendría que esperar a 2018, siempre que no se tomen medidas adicionales.
Según Bruselas, casi toda la reducción del déficit de estos dos años vendrá de la evolución económica, que permitirá que los ingresos fiscales sigan evolucionando positivamente mientras sigue bajando el desempleo y, por tanto, el gasto en prestaciones, y la partida destinada a financiar los intereses de la deuda.
Además, las últimas medidas anunciadas por el Gobierno para reconducir el desfase de 2015, el acuerdo de no disponibilidad de gasto de 2.000 millones y las medidas reclamadas a las comunidades autónomas, supondrán una reducción extra de tres décimas en el déficit, con impacto también en 2017, aunque existen ciertos riesgos de implementación porque requieren la participación activa de diferentes niveles de gobierno y un “cumplimiento estricto”.
¿Por qué se duda del objetivo?
Caixabank ya se ha unido a este mensaje de Bruselas. Puede que efecto de la reforma fiscal sobre las cuentas públicas explique sus dudas, puesto que el cambio sigue lastrando la recaudación del IRPF y la entidad ya aseguró en su momento que la política expansiva que puso en marcha el Gobierno el año pasado explicaba el desfase del déficit.
La rebaja de IRPF ha lastrado la recaudación en 1.582 millones de euros en el primer trimestre y lo seguirá haciendo en los próximos meses
En concreto, la rebaja de tipos ha restado 1.582 millones a la recaudación del IRPF en el primer trimestre, según el último informe de la Agencia Tributaria. Si también se tiene en cuenta el efecto de la rebaja del Impuesto de Sociedades y los cambios en el Impuesto sobre la Renta de no Residentes, el efecto total de la reforma ha alcanzado los 1.653 millones entre enero y marzo. A partir de junio se notará además el efecto sobre las cuotas diferenciales en el IRPF y en Sociedades.
Sin embargo, Hacienda asegura que las consecuencias de la rebaja de las retenciones de trabajo y capital no serán uniformes a lo largo de 2016. Así, en los primeros meses el impacto será alto porque se compararán los nuevos tipos de retención con los vigentes en la primera parte de 2015, pero a partir de julio la comparación se hará con los tipos que empezaron a aplicarse el verano pasado, mucho más bajos tras el adelanto de parte de la rebaja fiscal.