Hay muchos factores que se están juntando, como la pandemia del coronavirus, el Brexit y la crisis en el transporte mundial de contenedores, principalmente en Asia. Todo esto está provocando que fabricantes y distribuidores adviertan que puede haber retrasos con productos concretos este Black Friday, y también en Navidad.
Además, la escasez de algunos artículos hará que aumenten los precios, algo que de cara a finales de diciembre podría acentuarse. Así, los expertos muestran su preocupación por la repercusión que esta situación pueda tener en ambas fechas, que llegan a representar hasta un 35% del total de las ventas de todo el año.
Los problemas de suministro ya se están notando en algunos sectores, entre ellos el automovilístico y el de teléfonos móviles y ordenadores, debido a la falta de semiconductores y chips. También en la construcción, y en la cesta de la compra, sobre todo en lo que más puede afectar a las fiestas navideñas, el alcohol.
Falta whisky, vodka, ginebra y ron, pero de momento la cerveza no peligra. La hostelería y el ocio nocturno español están notando que hay una “rotura de stock puntual” en ciertas marcas de bebidas alcohólicas, pero no creen que la situación sea preocupante. Algunas marcas de importación ya están empezando a escasear, pero hay varias empresas nacionales que pueden abastecer al mercado.
Por otro lado, está el tema de los juguetes. La industria ha adelantado pedidos para minimizar el impacto de esta crisis logística, pero aun así hay muñecos que se quedarán esperando en el puerto, según recoge La Vanguardia. “Si en una campaña normal siempre vemos roturas de stock de juguetes con mucha demanda, en esta podrían producirse con más frecuencia; no habrá desabastecimiento, pero algunas referencias no van a llegar a tiempo para Papá Noel y Reyes, y costará más reponer productos”, afirma José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ).
Empresas afectadas
Según recoge El Mundo, este colapso en la cadena de suministro ya está afectando a importantes empresas de distribución y algunas reconocen problemas puntuales en el stock de algunos productos, sobre todo aquellos procedentes de Asia, que es donde está el atasco en el transporte marítimo en los puertos.
En Ikea escasean accesorios como cortinas de baño o cestos para la ropa en algunas tiendas de Madrid, que no se podrán reponer hasta mediados de diciembre, y en Leroy Merlin señalan que pueden tener problemas con inodoros, lavabos y grifos. De su lado, El Corte Inglés limita la compra de algunas videoconsolas a una unidad por pedido y cliente y muchos modelos están agotados en las tiendas y sitios online.
Amazon y AliExpress
Para los gigantes mundiales del comercio electrónico este contratiempo es más fácil de solucionar. Amazon cuenta con una flota de 85 aviones en todo el mundo, casi equiparable a la de algunas aerolíneas, mientras que su competidor chino AliExpress abrió el verano pasado una nueva ruta aérea que permite acelerar considerablemente los tiempos de entrega entre China y Europa.
Garzón: "No existe un problema"
Recientemente, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, aseguró que en España "no existe un problema de desabastecimiento". En una entrevista en TVE, lanzó un mensaje de tranquilidad y aseveró que los problemas de desabastecimiento del comercio mundial son "un proceso normal" ya que se está saliendo de una pandemia y está habiendo una "reapertura económica".
"Muchas veces" estos procesos tienen que ver con lo "psicológico" y con las llamadas "profecías autocumplidas". "Todo el mundo cree que va a pasar y actúa como si pasara. Y pasa finalmente por ese funcionamiento. Es importante que eso se neutralice desde el principio porque no existe un problema de desabastecimiento", aclaró Garzón.
"La demanda se ha disparado pero la oferta se ajusta mucho más despacio y, por lo tanto, se produce una subida de precios. Se produce una tensión a nivel mundial que tiene que ver con las cadenas logísticas, con que las plantas que van produciendo han estado un año paradas, por tanto, volver a producir es un proceso más lento", recalcó el titular de Consumo. En esta línea, insistió en que cuando la producción vuelva a situarse en unos niveles normales de funcionamiento y de capacidad productiva, todo "debería volver a la normalidad".