Hace unos días, el informe de primavera de la Comisión Europea recomendaba a España abordar los problemas derivados de su alto endeudamiento a largo plazo, que no solo se circunscriben a la deuda de las Administraciones Públicas, como era de esperar, sino que engloba también a la deuda privada de empresas y hogares. Los altos niveles de desempleo y las incertidumbres económicas de futuro podrían hacer aún más vulnerable nuestra economía, aquejada, eternamente, de unos niveles desempleo muy por encima de la media de la Eurozona.
El enésimo tirón de orejas de la Comisión Europea tiene que ver tanto con la magnitud de la deuda, como por su evolución en los últimos años. Según los últimos datos recogidos por el Banco de España, la deuda conjunta de Administraciones Públicas, sociedades no financieras y hogares ascendió a cierre del pasado años a 3.939.591 millones de euros, tres veces (el 318,6%) que el valor del PIB (Producto Interior Bruto) a precios de mercado. Son 331.573 millones más que en marzo de 2020, cuando en términos de riqueza nacional suponía el 284% del PIB.
El volumen del endeudamiento lleva escandalizando a la autoridades económicas y fiscales de la Unión Europea desde hace algunos años, pero la velocidad que han adquirido los “número rojos” en los últimos ejercicios empiezan a hacer sonar las primeras alarmas. En marzo de 2020, el mes en el que el Gobierno decretó la paralización de la actividad económica por la irrupción de la Covid-19, la deuda de estos tres actores principales de la economía española ascendía a 3,5 billones de euros. En siete trimestres, ha aumentado en 331.573 millones de euros, nada menos que un 9,5% y casi 35 puntos porcentuales más de PIB.
La advertencia cobra más sentido aún cuando el Banco Central Europeo ha dejado entrever que en la segunda mitad del ejercicio, su consejo de gobierno puede aprobar hasta dos subidas del precio oficial del dinero, una vez concluya el programa de compra de activos que puso en marcha. Es la peor noticia que una economía como la española, la italiana o la griega podría recibir.
Las miradas de los economistas están siempre más fijas en la evolución de la deuda pública de los países. Puede que sea un reflejo de los problemas que se vivieron en el año 2012, cuando la economía española estuvo a punto de ser rescatada, lo que hubiera puesto en peligro la razón de ser de la Eurozona.
Deuda de las administraciones
Según la cuentas financieras de la economía española que publica trimestralmente el Banco de España, el conjunto de las Administraciones Públicas tenía una deuda en diciembre de 2021 cercana los 1,9 billones de euros. Son casi 239.000 millones de euros (un 14,38%) más que en marzo de 2020. El incremento pierde algo de peso teniendo en cuenta que el BCE abrió el grifo de la liquidez para que todos los estados miembros pudieran atender el coste sanitario de la pandemia, el de la paralización de la economía y las ayudas a empresarios y trabajadores durante estos últimos veinticuatro meses.
La Comisión Europea alerta, sin embargo, de que la deuda privada sigue siendo más elevada que antes de la crisis y que los riesgos de morosidad en los sectores vinculados a la energía y los más directamente afectados por la pandemia permanecen aún, a pesar de que las restricciones se han levantado en casi todos los países europeos.
La deuda de las empresas no financieras ha pasado, en términos consolidados, de 894.888 millones de euros en marzo de 2020 a 962.222 millones a cierre del pasado año. Es un incremento del 7,5%. Habría que remontarse a marzo de 2015 para encontrar un volumen de deuda superior. Ha aumentado pasando del 72,48% del PIB al 79,8%.
En el caso de los hogares, la deuda asciende a 704.100 millones de euros, prácticamente la misma que al inicio de la pandemia. La duda que plantea este dato es si si puede traducir en algo más que un brusco frenazo de la tendencia descendente que se lleva dando desde diciembre de 2010, cuando el endeudamiento de las familias estaba en más de 905.000 millones de euros.
El conjunto de las Administraciones Públicas tenía una deuda en diciembre de 2021 cercana los 1,9 billones de euros, un 14,38% más que el año anterior
Lo que si está comprobado es que se ha incrementado en más de 4.000 millones de euros en relación con diciembre de 2021.A la espera de las próximas cifras que el Banco de España facilite, la deuda de los hogares ha alcanzado ya el 58,4% del PIB, casi un punto y medio más que en marzo de 2020.
Habrá que esperar, asimismo, a la evolución de la tasa de morosidad de los préstamos especialmente en los destinados a financiar actividades productivas en el sector servicios, donde el volumen de créditos dudosos se mantiene en el entorno de los 19.000 millones de euros, la misma cifra que a finales de 2019, antes de que se declarara el estado de alarma. En algunos subsectores como la hostelería o el transporte y el almacenamiento la morosidad se ha incrementado de forma alarmante: un 60% en el primer caso, y un 26%, en el segundo en estos dos últimos años.
Wesly
Es lo que tiene la compra compulsiva de votos (clientelismo) y la colocación sin límite y sin pausa de amiguetes y familiares en la Administración. Todo ello con el dinero de los demás, de los trabajadores y empresarios sujetos a la competencia actuales y futuros (a los que se les exigirá que paguen la deuda pública que les adjudican). Estamos sometidos a expolio, extorsión, esclavización.