La deuda externa bruta de España (el dinero que el exterior le ha dejado prestado a España y que conlleva la obligación de devolverlo más unos intereses -ya sea mediante préstamos o comprándonos nuestra deuda-) ha alcanzado un nuevo máximo histórico de 2,058 billones de euros, después de que en el primer trimestre esta deuda haya crecido en 42.800 millones de euros.
Según los datos que ha divulgado este martes el Banco de España, con este incremento, la deuda externa bruta representa un 169% del PIB, dos puntos más de lo que suponía a cierre del trimestre anterior (167%).
Si además de esta deuda se añaden otras vías de financiación que ha podido obtener España del exterior, mediante renta variable (inversores extranjeros que compran acciones de bolsa española) o derivados o inversiones, y al conjunto se le resta las inversiones que hace España en el exterior (compra de deuda extranjera, préstamos que concede, renta variable que compra...) se obtiene lo que se denomina Posición de Inversión Internacional Neta (PII).
En su Informe de Estabilidad Financiera, divulgado a principios de mayo, el Banco de España ya se mostró preocupado por el elevado saldo deudor de España, que ascendía a -77,1% del PIB, y recomendaba al país que intentara bajar ese indicador al nivel del -70%.
Vuelve a subir la PII
No obstante, en el periodo de enero a marzo la PII se ha incrementado hasta el -77,7% del PIB, lo que supone -945.300 millones de euros, frente a los -931.100 millones que suponía a cierre de 2018.
Si a la PII se le quita la posición del Banco de España, y no se computan ni sus activos ni sus pasivos, este indicador se situó en -734.400 millones de euros. La PII del supervisor bajó de -215.400 millones a -210.900 millones.