La crisis no sólo está pasando factura a los negocios tradicionales que hasta ahora habían denunciado que sus clientes recurrían a “manitas” y “chapuzas” varios que ofrecen el cobro sin IVA. Ahora, el mercado negro también empieza a decaer por primera vez como consecuencia de la caída del consumo. Según el índice de referencia en ese mercado, la economía española ha pasado de tener un 19,2% de su PIB sumergido a tener sólo un 18,6%.
La caída del tamaño de la economía sumergida está en línea con la del resto de la Unión Europea. Sin embargo, según el economista Friedrich Schneider –autor del índice de referencia del mercado negro—las razones son muy diferentes:
- En Europa, la recuperación explica el decrecimiento de la economía sumergida: “si la economía oficial se recupera o llega a un boom, la gente tiene menos incentivos para asumir actividades sin declarar y ganar dinero negro”, afirma Schneider.
- Sin embargo, en España y Grecia es la persistencia de la crisis la que explica esa caída, donde “la recesión es tan fuerte que se reduce incluso la demanda de servicios en el mercado negro debido a la pérdida de ingresos de la población española y griega”.
La limitación de pagos en efectivo achica el fraude
Europa y España sí comparten, sin embargo, un rasgo común que explica en ambos casos que se ponga coto al mercado negro. En ambos frentes se está limitando el pago en metálico.
El Gobierno de Mariano Rajoy prohibió en 2012 pagos en efectivo para cantidades que superaran los 2.500 euros. Esa medida puede haber contribuido también a recortar la economía sumergida. Según los cálculos de la compañía de tarjetas de crédito Visa, un crecimiento del 10% durante cuatro años en las transacciones electrónicas puede encoger hasta un 5% la economía sumergida.
El BCE ha ratificado esa perspectiva argumentando que se están disparando los pagos electrónicos, sometidos a un mayor control. Según los datos del banco central, los pagos con tarjeta de crédito han crecido un 1,5% en el último año.