Wanda, el holding chino que aún es propietario del Edificio España, podría culminar en breve el proceso de venta del rascacielos que inició a comienzos de año, cuando determinó que su relación con el Ayuntamiento de Madrid era un paradigma de amor imposible. El diario El Mundo adelantaba este miércoles que el grupo Baraka, liderado por el empresario Trinitario Casanova, ha presentado la mejor oferta por hacerse con el emblemático inmueble, que superaría los 265 millones de que Wanda pagó al Santander en 2014 por el activo.
El mercado esperaba la aparición de una gran empresa del sector, un fondo especializado o, incluso, una gran fortuna mundial como futuro dueño del Edificio España. Pero la aparición en el escenario de un actor tan sorprendente plantea un buen número de incógnitas sobre el futuro de una operación que aún no está cerrada.
1. ¿Qué uso le daría el nuevo propietario al Edificio España?
Los planes de Wanda pasaban por levantar un hotel que, además, incluyera un determinado número de apartamentos de lujo y espacios comerciales en los bajos del inmueble. En principio, los usos hotelero y residencial no se van a cambiar por lo que las alternativas tampoco son excesivamente amplias. No obstante, también cabe la posibilidad de que Casanova se plantee la opción de especular con el inmueble como ya hiciera con el que adquirió en Gran Vía por algo más de 40 millones de euros y que vendió apenas seis meses después con una jugosa plusvalía de más de 2,5 millones como resultado.
2. ¿Cómo va a financiar Baraka la operación?
Si la compra del inmueble no es meramente especulativa, la inversión no se limitará a la mera adquisición. Wanda había comprometido una inversión de 700 millones de euros adicionales para rehabilitar el edificio y adaptarlo a los usos que pretendía. Los expertos aseguran que poner el inmueble en condiciones y adaptarlo a los posibles usos implica una inversión que estaría cerca de duplicar la de la compra del edificio. A las dificultades de lograr una financiación tan notable se añade el pasado de Casanova con la banca. En 2008, el empresario adquirió, también por sorpresa, un 3% del capital de Banco Popular, que financió con un elevado apalancamiento, poniendo como garantía las propias acciones que compró. Casanova acabó ejecutado por sus acreedores y enfrentado al Popular porque trató de articular una operación de compra del banco a través de inversores mexicanos. El empresario acabó denunciado por el Popular y condenado a un año de prisión por manipular el precio de las acciones.
3. ¿Hay algún inversor oculto tras la operación?
A la vista de la peculiaridad del futuro comprador y las circunstancias que le rodean, el mercado también se pregunta si detrás del interés mostrado por Baraka se encuentra algún inversor de mayor fuste que finalmente vaya a hacerse con el control del inmueble. Una posibilidad que estaría íntimamente relacionada con la hipótesis de que la operación tuviera un carácter meramente especulativo.
4. ¿Cómo reaccionará del holding tras la filtración?
Wanda ha valorado mucho la discreción a la hora de entablar negociaciones como la propia compra del inmueble. De hecho, en su día la operación estuvo a punto de venirse abajo por la imprudencia de Ignacio González, por entonces presidente de la Comunidad de Madrid, que la dio por hecho públicamente cuando aún restaban algunos detalles por negociar. Wanda se sintió agraviada y amenazó con dar marcha atrás. A los responsables del holding chino no les habrá hecho ni pizca de gracia que los medios de comunicación se hayan hecho eco de las negociaciones cuando aún no se han culminado, especialmente si sospechan que la filtración ha partido del propio comprador.
5. ¿Cuál será la actitud del consistorio ante el nuevo dueño?
Las relaciones de la corporación municipal de la capital con Wanda siempre han sido tormentosas, dado que el holding chino sostuvo desde el primer momento que desmontar la fachada y reconstruirla era la única opción para la rehabilitación del inmueble, mientras que el Consistorio se opuso siempre a que se tocara la fachada. Por el momento, el Ayuntamiento ha admitido la existencia de los primeros contactos con Baraka aunque esperaba que se produjera una reunión con el propio Casanova en los próximos días. El hecho de que el futuro propietario se comprometa a dejar la fachada sin tocar no despejaría nuevos problemas, toda vez que uno de los motivos que llevaron a Wanda a tirar la toalla fue la constancia de que la de la fachada no sería el único problema que pondría el Consistorio.