No había buenos augures para Simon Manley, hincha del Queen's Park Rangers sentado, para su disgusto, en la mesa que llevaba el nombre del Chelsea. El embajador del Reino Unido en España ha sabido sobreponerse para pronunciar su conferencia, primero, y para responder las ácidas cuestiones de los asistentes, después, con tono sereno, sólido en asuntos económicos y escurridizo en temas políticos, flemático como todo británico y conciliador como todo diplomático.
Hasta ocho embajadores estaban entre los más de 150 asistentes al desayuno informativo organizado por Vozpópuli, Ferrovial y Executive Forum. Además de los representantes de la constructora había otros muchos empresarios con intereses en el Reino Unido. Y entre ellos destacaba la figura, perseguida por los focos, de Esperanza Aguirre, quizás la única política española capaz de viajar a tierras británicas para pronunciar un discurso en inglés.
Ha sido Íñigo Meirás, consejero delegado de Ferrovial, quien ha desvelado los colores futbolísticos de Manley. Y este ha aprovechado para volver al balompié cuando le han preguntado sobre las limitaciones a los extranjeros que van a su país en busca de trabajo. Entre risas, ha puesto a los futbolistas españoles como ejemplo de empleados bien recibidos por sus compatriotas. Así, el fútbol, que tanto une a cualquier europeo informado, ha servido para canalizar cierta relajación en medio de la seriedad que implican estos eventos de las mañanas madrileñas. La otra característica del evento ha sido la puntualidad que se ha esforzado en conseguir el periodista de este diario Javier Ruiz.
Una hora exacta, ni minuto arriba ni minuto abajo, ha durado el desayuno. Primero el director de Vozpópuli, Jesús Cacho, ha recordado que todos aquellos con "vocación liberal" siempre han admirado "la calidad de las instituciones británicas". Y ha añadido que "en un momento de tantas tensiones, tantas interrogantes y tanto futuro" los cuarenta periodistas que dirige seguirán apostando por "el periodismo a la vieja usanza". Después, Meirás ha presentado al embajador y éste ha construido un discurso centrado en las relaciones comerciales y políticas entre ambos países y, por ende, con la Unión Europea. Para terminar, las incisivas preguntas del maestro de ceremonias y las respuestas, unas claras y otras huidizas, del conferenciante.