A pesar de la cantidad de titulares que ha ocupado el terrible impacto económico que tendría un brexit duro para la economía de nuestro país -perspectiva que ha quedado relegada al próximo 31 de octubre gracias a la última prórroga otorgada por la UE- un 49% de las empresas españolas no descarta que el proceso de divorcio de Reino Unido con el bloque europeo pueda generar oportunidades de negocio para su empresa.
Según uno de los últimos informes realizados por la auditora internacional KPMG sobre el impacto que tendrá en el sector empresarial español el divorcio entre Londres y Bruselas, una de cada cinco compañías españolas encuestadas (18%) afirma que este proceso podría traducirse en una oportunidad de negocio. En particular, destacan tres sectores donde este porcentaje aumenta visiblemente: Banca (23%), Transporte (21%) y Servicios a empresas (19%)
De acuerdo con los expertos de KPMG, uno de los motivos por los que ciertas empresas son capaces de considerar un proceso como el brexit como una oportunidad de negocio -una consideración influida por los posibles cambios arancelarios, la devaluación de la libra o el abaratamiento de la inversión en Reino Unido- es porque muchas de ellas -un 45%- han sido capaces de prepararse con tiempo para la situación a través del desarrollo de planes de contingencia.
“Estamos convencidos de que, ante entornos de gran incertidumbre como el que estamos viviendo, serán las compañías que hayan planificado con tiempo su respuesta las que mejor podrán adaptarse al nuevo entorno y aprovechar sus oportunidades”, ha afirmado Antonio Hernández García, socio responsable de Estrategia Energética e Internacional y brexit en KPMG.
Mercado fundamental para España
A estas alturas, es más que evidente que la relación con Reino Unido es más que relevante para la economía española. El mercado británico ocupa la segunda posición como principal destino de la inversión española en el exterior.
También es el segundo país inversor en España, además de ser el principal emisor de turistas a nuestro país y el quinto destino de las exportaciones de bienes españolas. La relación es estrecha, y muchos sectores empresariales nacionales esperan que continúe siéndolo, incluso si se produce un brexit duro a finales del próximo mes de octubre.
Prácticamente la mitad de las empresas que han participado en el estudio de KPMG -que superan el millar- han declarado tener algún tipo de relación comercial con Reino Unido. A nivel sectorial, Automoción (78%), Industria (77%) y Agroalimentario (70%) son los sectores con mayor exposición agregada, si bien el sector Banca y Energía presentan una elevada exposición inversora (44% y 30%, respectivamente).
Las exportaciones son el tipo de relación más común entre las empresas españolas y el mercado británico, ya que un 19% de los directivos encuestados afirma exportar a Reino Unido. El siguiente vínculo más común es el tener filiales, una estrategia que destaca en el sector bancario, como es el caso de las entidades españolas Santander y Sabadell.
Exposición muy diversa
No obstante, la exposición sectorial a Reino Unido es muy heterogénea para las compañías españolas y se distinguen en función de si se dedican al comercio o a su incursión en el mercado británico a través de filiales.
Los sectores con una mayor exposición comercial, a través de su actividad exportadora o importadora con Reino Unido, son el de Automoción (63%), Industria (57%), Agroalimentario (52%), Transporte (48%) y Turismo y ocio (44%). Los sectores con una mayor exposición al mercado británico derivada de su implantación, vía sucursal o filial, serían Banca (44%), Energía (30%), Seguros (29%) y Tecnología, Medios de comunicación y Telecomunicaciones (25%).
No obstante, a pesar del positivismo que reflejan muchos directivos españoles sobre una posible ventana de oportunidad ante el brexit, el sector empresarial de nuestro país continúa preocupado ante la incertidumbre que supone el proceso, ya que se desconoce en qué cambios regulatorios concluirá el acuerdo final de divorcio, si es que se logra aprobar uno.
La modificación de la normativa, así como la imposición de aranceles son el principal motivo de preocupación entre las empresas españolas, ya que más de un 70% lo han señalado como efecto de mayor impacto en su compañía, seguido de una posible contracción de la economía británica.