Numerosas son las empresas españolas con intereses en el Reino Unido, que hoy puede vivir una jornada histórica si se hacen realidad las encuestas de intención de voto ante las elecciones generales que vive el país.
A pesar de que son pocos los sondeos que se han realizado, las últimas encuestas dan ganador al partido laborista de Sir Keir Starmer, una abogado especializado en derechos humanos, que podría ser el nuevo primer ministro con un 40% de los votos frente al 21%de los conservadores del actual premier Rishi Sunak, lo que acabaría con el 'reinado' de los tories durante los últimos 14 años en el país.
Factores como la inmigración, la pobreza y sobre todo el sistema sanitario se mezclan en este radical cambio con la situación económica en el Reino Unido. Desde el Brexit a la pandemia, el efecto ha sido devastador en el país frente a la recuperación experimentada por otros de su entorno, inflación incluida, lo que ha mermado de forma radical el poder adquisitivo de sus ciudadanos, con se indica desde este gráfico de Reuters.
Pero la llegada de las elecciones se ve en bolsa con cierta volatilidad, porque como todos sabemos, la incertidumbre es lo que menos gusta a los inversores que han visto una recuperación de solo el 5,5% en lo que llevamos de año en el FT 100 de Londres. De momento la gran pregunta que se plantean es si tendrá mayoría absoluta y de conseguirla como se implementará en algunas políticas prometidas.
Ahí es donde entran en juego los intereses de las empresas española, cuya prioridad principal es, en general, un mayor acercamiento a los intereses británicos que se pusieron en cuestión en el referéndum de 2016 con el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, del que ahora se cumplen 8 años.
Pero también políticas relacionadas con las infraestructuras, que los laboristas quieren mejorar a base de grandes inversiones. De ahí que las cotizadas españolas, caso de Ferrovial, FCC, y Sacyr , entre otras, tengan mucho que decir junto con el gran gigante global en infraestructuras como es ACS, la empresa de Florentino Pérez. La tradicional elevación del gasto laborista juega aquí un papel primordial en la inversión.
Inversiones prometidas por Starmer en materia de carreteras, conexiones a la red eléctrica, laboratorios, líneas ferroviarias y almacenes.
A esto se suma la financiación para lograrlo: desde el sector financiero, con un Banco Santander UK que, desde los 90 ha invertido en el Reino Unido, convirtiéndose en el segundo mercado para la entidad financiera cántabra, con un beneficio atribuido en el primer trimestre del año de 305 millones de euros.
Aunque ya en el pasado mes de febrero, una de las peticiones de la entidad al gobierno pasaban por la subvención de créditos para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, habitualmente mal aisladas, en el país.
A esto sumar, para compañías concesionarias y para Santander, la intención de Starmer de construir 1,5 millones de viviendas en los próximos cinco años. Un negocio también para la filial 'brit' del Banco Sabadell, TSB.
La presencia de otras compañías, caso de Telefónica a través de Virgin Media O2, también es más que importante. De hecho, en los resultados de la operadora de telecomunicaciones destaca la puesta en equivalencia de sus filiales, y el aporte de la firma ha sido muy positiva. Obtuvo 22,6 millones de euros hasta marzo frente a las abultadas pérdidas de 338,4 millones del mismo periodo del año anterior. Además refrendo el reparto entre sus accionistas de casi 1.000 millones de euros en dividendos.
Aquí la intención laborista de desarrollar al máximo la red 5G está en la base de todo, tal y como ha destacado la considerada como ministra de Hacienda 'en la sombra' Angela Rayner al considerarla infraestructura de importancia crítica.
También Iberdrola de la mano de Scottish Power, que presenta, de todas las empresas españolas radicadas en el Reino Unido, el mayor plan de inversiones hasta el año 2024, para una empresa que presenta total integración en materia de energía renovable.
Uno de los focos en los que Starmer tiene la vista puesta de cara al futuro, con la idea de crear nuevas ciudades con energía limpia, basándose en la construcción de parques eólicos y de centrales eléctricas.