La cúpula del Santander sufrirá el próximo lunes un vuelco. El número tres del grupo, Francisco Luzón, abandonará la entidad y su puesto en el Consejo del grupo. La salida del consejero y director general terminó de concretarse, a lo largo del día de ayer, en una reunión al más alto nivel en la Ciudad Financiera de Boadilla, en la que se explicó esta decisión. La pérdida de poder en la toma de decisiones en los últimos años, junto al proceloso proceso sobre el indulto a Alfredo Sáenz, han sido las principales causas del relevo de Luzón.
La salida de Luzón comenzó a gestarse durante el pasado mes de diciembre. Así lo confirma la propia entidad tras la llamada de Vozpópuli. En todo ese tiempo, se han sucedido las reuniones en el interior del banco para que el proceso no altere lo más mínimo el día a día del máximo órgano de gobierno del Santander. Emilio Botín ha sido en primera persona el encargado de comandar el relevo de Luzón, consejero y director general de la entidad, a quien siempre ha reconocido la excelente labor efectuada enLatinoamérica.
De hecho, Luzón es el gran responsable de la explosión del negocio enBrasil, en particular, y del resto de delegaciones en Latinoamérica, las patas que están sosteniendo en la actualidad el beneficio del grupo. En los resultados del tercer trimestre de 2011, los últimos publicados hasta la fecha, Latinoamérica aporta el 45% del beneficio, que alcanzaba hasta septiembre los 3.528 millones de euros. Sólo la división brasileña suma un 25% del total.
El presidente del Santander siempre ha tenido un trato diferencial hacia Luzón, debido a su personalidad especial, que siempre ha tenido un peso relevante en las decisiones estratégicas del grupo.
Luzón ha coincidido todos estos años en el Consejo con Alfredo Sáenz. Dos prototipos 'vizcaya', como se reconoce en el interior del banco, que han chocado en alguna que otra ocasión. La prominencia de Luzón en las decisiones del banco se ha ido difuminando en los últimos tiempos. Esta situación, junto al proceloso proceso sobre el indulto a Alfredo Sáenz, han derivado en el relevo de Luzón.
El traspaso a Zabalza
Durante los últimos tres años, de forma progresiva, Jesús Zabalza, actual director general de la división de América, ha ido tomando las riendas de la gestión de toda la división latinoamericana, en estrecha colaboración con Marcial Portela, su segundo en Boadilla hasta que fue nombrado máximo responsable de Santander Brasil. La salida de Luzón se debería haber producido entonces con ese traspaso de poderes, pero internamente se decidió posponerla.
Jesús Zabalza asumirá el puesto de Luzón en el Consejo. Así ha venido siendo la norma en el banco cuando el consejero saliente tiene bien resuelta la sucesión interna con su segundo. La única excepción a esta forma de actuar se manifestó en la persona de Rodrigo Echenique. Echenique fue consejero delegado en los primeros años de presidencia de Emilio Botín hasta que dimitió en 1994 después de haber asumido un enorme desgaste por el escándalo de las cesiones de crédito y dio paso a Alfredo Sáenz, entonces presidente de Banesto. Desde entonces, Botín le ha mantenido dentro del organigrama del banco con distintas funciones y sigue confiándole tareas especialmente delicadas.
Tras el fichaje por el Santander, Luzón se convertía así en uno de los pocos banqueros que ha pertenecido a la cúpula de las tres mayores entidades financieras del país. Además de su labor de compras en Latinoamérica, Luzón ha tenido el encargo de recortar gastos y mejorar los ratios de eficiencia del Santander. Para ello, este ex-BBV y ex-Argentaria asumió competencias directas en toda la política de personal, sobre el conjunto del área de tecnologías y sobre la gestión de costes del Grupo Santander.
En mayo de 1996, Francisco Luzón, por entonces presidente de Argentaria, se convirtió en el primer responsable de una gran empresa pública en ser sustituido por el Gobierno de José María Aznar. Más tarde vinieron Telefónica, Repsol y Endesa... Las nuevas autoridades económicas optaban así por el relevo en la gestión del tercer banco del país, encauzado ya hacia su privatización definitiva, consolidados sus beneficios y puesta en marcha una profunda reestructuración que, en buena medida, respondía al modelo diseñado por el propio Luzón.
No era la primera vez que este conquense, nacido en Cañavate en 1948, tenía que cambiar de trabajo. En un negocio como el bancario, muy poco dado a la movilidad de sus altos directivos entre diferentes entidades, Luzón comenzó su carrera en el Banco de Vizcaya y fue uno de los hombres clave de su antiguo presidente, Pedro Toledo, durante el proceso de fusión con el Bilbao. Fue consejero de BBV Holdings, la sociedad encargada de preparar los detalles de la macrofusión. Pero terminó por quedar fuera del proyecto tras la muerte de Toledo.
En su currículum también aparecen otros cargos relevantes. Es consejero independiente de Inditex, vicepresidente mundial de Universia y vicepresidente segundo del Real Patronato de la Biblioteca Nacional