Marina Bay Sands, filial de Las Vegas Sands, ha dado los primeros pasos para comenzar a refinanciar la deuda asociada a la construcción de un gran complejo de juego, ocio y entretenimiento en Singapur, en las cercanías del circuito de Fórmula 1. De esta forma, la matriz de Eurovegas quiere anticiparse a las entidades financieras y tomar la iniciativa en la negociación, sin ninguna urgencia, toda vez que el vencimiento del préstamo sindicado, que asciende a unos 3.000 millones de euros, está contemplado en 2015.
La compañía que comanda Shelton Adelson da así una muestra más de que se encuentra en uno de sus mejores momentos, con sus planes de expansión por Europa incluidos. Precisamente en esos planes figura en primer plano España, donde la empresa tiene decidido establecer un gran complejo que incluiría casinos y hoteles.
El préstamo original se firmó en 2008 y contó con la participación de entidades financieras como Bank of America Merrill Lynch, Citigroup, Credit Agricole, Goldman Sachs, Lehman Brothers Asia y Royal Bank of Scotland.
La operación se llevó a cabo en un momento en que la compañía pasaba por una situación algo delicada, a punto de enfilar una cuesta abajo que le llevaría al borde de la quiebra. La meteórica recuperación de Las Vegas Sands ha llevado a Adelson a decidir refinanciar este préstamo para poder negociar mejores condiciones. Los últimos resultados de la compañía cotizada han revelado un importante incremento de los beneficios operativos.
Buenos resultados
Por el momento, el llamamiento de la compañía ha sido atendido principalmente por los grandes bancos de Singapur, que probablemente actuarán como entidades coordinadoras de la operación. Marina Bay Sands ha sido una de las claves de los buenos resultados de la compañía, con lo que son los mejores momentos para tratar de llegar a un acuerdo con los bancos acreedores.
Las Vegas Sands está pendiente de tomar una decisión acerca de la localización definitiva de su proyecto en Europa, aunque a finales del pasado año no tenía tan claro su expansión por el exterior debido a los efectos de la crisis. Sus comunicaciones a la Comisión de Valores de EEUU (SEC) hablaban de que los nuevos proyectos quedaban aparcados en busca de un mejor momento para llevarlos a cabo.