Las entidades financieras acreedoras de Abengoa han decidido encargar a KPMG un nuevo informe sobre las necesidades de liquidez de la multinacional energética y su deuda de cara a la negociación con la compañía, que la pasada semana solicitó su entrada en preconcurso de acreedores.
KPMG ya elaboró un informe sobre necesidades de liquidez de Abengoa a petición de la banca acreedora que concluía que la compañía requería de 250 millones para mantener la actividad entre octubre y diciembre, cuando estaba previsto que la empresa lanzara una ampliación de capital de 650 millones. En la actualidad, de acuerdo a fuentes financieras, Abengoa necesita 150 millones de euros al mes para cumplir con el pago de nóminas y mantener la actividad de sus plantas energéticas.
Los bancos, que ya cuentan con el despacho Uría Menéndez como asesor en materia concursal, estudian también contratar a otros despachos, en Reino Unido y en Estados Unidos, para gestionar la situación concursal del grupo sevillano.
De cara a la negociación con la banca acreedora, Abengoa ha contratado a la consultora Álvarez & Marsal, la misma empresa a la que el Ministerio de Economía encargó en 2012 el diseño de la estructura del banco malo, Sareb. Álvarez & Marsal, con sede de Nueva York, creada a principios de los años ochenta, está especializada en gestiones de crisis y reestructuraciones de empresas. La firma, que abrió oficina en España en 2008, trabajó en la liquidación de Lehman Brothers y en otros procesos de crisis de bancos europeos.
Convenio de pago de la deuda
Santander, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular, HSBC, y Credit Agricole representarán a la banca acreedora de Abengoa en el comité que negociará con la compañía un convenio de pago de la deuda. En el mismo grupo, steering committee en términos anglosajones, también podría estar un representante de los bonistas, posiblemente el banco de inversión Houlihan Lokey, aunque la decisión no está cerrada.
La deuda financiera de Abengoa asciende a cerca de 9.000 millones de euros, y la deuda con los bonistas es de 4.420 millones.
Abengoa dispone de un periodo de hasta cuatro meses para negociar con sus acreedores un convenio de pago de deuda que permita evitar la declaración de concurso (el mayor en la historia empresarial española), o establecer las bases para que una vez sea declarado el concurso este se gestione con la mayor celeridad posible. Durante ese plazo de cuatro meses Abengoa se blinda ante la posibilidad de que un acreedor inste el concuso (lo que supondría la declaración de concurso necesario y los actuales administradores se verían apartados de la administración de la sociedad) y se suspenden sus obligaciones de pago con los acreedores.
La deuda financiera de Abengoa asciende a cerca de 9.000 millones de euros, y la deuda con los bonistas es de 4.420 millones. El viernes pasado los bonistas se agruparon en un consejo formado por seis fondos que han contratado a Houlihan Lokey como representante.