Sin Bárcenas de por medio, también hay dimisiones y destituciones en las altas instituciones del Estado, que no en el Gobierno de la Nación. Es el caso del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), cuyo primer presidente desde la victoria de Mariano Rajoy, Enrique Verdeguer, dimitió en enero por “motivos personales”. A principios de este mes de julio, continuó el baile en Adif con el despido inesperado de Manuel Varela Bellido, director económico-financiero del ente estatal. Una destitución no anunciada rodeada de mucha más polémica que la marcha de Verdeguer.
La caída de Varela, ocurrida en el último Consejo de Administración, no se la esperaba ni el propio afectado, quien se enteró un día antes del cónclave y soliviantó su disgusto no acudiendo a su último consejo, según varias fuentes consultadas. La cúpula de Adif, encabezada por el nuevo presidente, Gonzalo Ferre, no podía pasar por alto la equivocación de su subordinado, reflejada en un informe de 104 páginas titulado Nuevo Modelo de Desarrollo de los Corredores de Alta Velocidad. El documento, cargado de frases demoledoras que contradicen el pasado reciente de las inversiones en el AVE, está fechado el pasado 1 de abril y lleva el sello de Adif.
La filtración provocó una cascada de críticas de las regiones, que no quieren quedarse sin AVE.
No fue la elaboración del informe lo que fulminó a Manuel Varela, sino su filtración a los medios, es verdad que con una repercusión escasa y fundamentalmente regional. Y eso que el contenido no plantea, ni mucho menos, frenar o retrasar obras en marcha relativas a la alta velocidad, sino abaratarlas con alternativas como el cambio automático de ancho de vía, el tercer carril, etcétera.
La filtración provocó una cascada de críticas procedentes de los gobiernos autonómicos, que entendieron que el informe provocaría un retraso inversor en la llegada del AVE. Así, el 19 de junio Adif desmintió que su modelo futuro de desarrollo fuera el que contenía el informe. Por aquel entonces, la caída en desgracia de Manuel Varela solo era cuestión de tiempo.
Sin embargo, otras partes celebran que se trata de un pliego necesario para los tiempos que corren y, sobre todo, mucho más razonable que el ritmo que tomaron las obras en la etapa socialista. Un derroche multimillonario que perdura con Ana Pastor al frente de Fomento, como prueban la llegada de la alta velocidad a Figueres-frontera francesa el año pasado, a Alicante el 17 de junio o a Galicia, prevista para 2018.
El documento contempla un ahorro cercano a 20.000 millones; la deuda de Adif es de 15.000.
“Es necesario un replanteamiento de la estrategia de desarrollo de la Red, que desde los principios de austeridad presupuestaria y eficiencia en la mejora de la movilidad, incorpore las actuaciones en ejecución”, se lee en la introducción. “De tal manera”, continúa el informe, “que de las inversiones que se planteen se obtengan claros beneficios a corto y medio plazo, y que además sean aprovechables como primeras fases de actuaciones completas en los horizontes a largo plazo.”
El documento analiza hasta 15 áreas geográficas en las que se desarrollan obras de alta velocidad, todas con su correspondiente propuesta: Madrid-Galicia, Madrid-Salamanca, Eje Atlántico, Valladolid-Burgos-Vitoria, Albacete-Alicante-Murcia-Cartagena, Sevilla-Cádiz… No se totaliza el ahorro, pero la suma de las alternativas planteadas en las 15 zonas determina que Adif podría economizar hasta 20.000 millones de euros. La deuda del Administrador se acerca a los 15.000 millones.
Algunos blogs especializados sugieren que Fomento ha decidido aparcar y olvidar el informe impulsado por Manuel Varela. Al parecer, el ya exdirector económico-financiero, economista del Estado de carrera, ha pasado a ocupar una subdirección en el Ministerio de Hacienda, según pudo comprobar ayer este medio. Y España se queda, probablemente, sin una de sus mentes más lúcidas en materia ferroviaria, un sector abonado a la burbuja.