Los principales aeropuertos españoles lograron replicar las cifras de pasajeros de 2007, cuando la mayoría de ellos alcanzaron récords históricos de afluencia y cuando el conjunto de los aeropuertos gestionados por AENA también marcó un hito al irse por encima de los 210 millones de pasajeros. Sin embargo, en 2014 no ha sido posible ni siquiera acercarse al registro porque, frente al resto, Barajas aún está muy lejos de aproximarse a aquel último ejercicio antes de la llegada de la crisis. Una distancia que se mide en 10,3 millones de pasajeros.
En pleno proceso de salida a Bolsa, AENA sigue esperando la definitiva recuperación del aeropuerto madrileño. El último ejercicio ha sido positivo para Barajas, con un incremento de pasajeros del 5,3% respecto a 2013, lo que ha servido para romper una racha de tres años consecutivos con descenso de afluencia. Sin embargo, los números globales siguen apuntando a un Barajas incapaz de salir del agujero.
Para muestra, en 2014 la cifra de pasajeros que emplearon el aeropuerto Adolfo Suárez para sus desplazamientos en avión ascendió a 41,83 millones de pasajeros, aún por debajo de los 42,14 millones registrados al cierre de 2005, el último año en que el aeropuerto madrileño aún no contaba con la Terminal 4, que sería inaugurada en febrero de 2006.
Si no resiste aún esta comparación, qué decir de aquélla con las espectaculares cifras de Barajas en 2007, cuando registró una afluencia por encima de los 52 millones de pasajeros. A la pista madrileña aún le queda por remontar un 20% para alcanzar los máximos, lo que explica en buena parte que los aeropuertos españoles no hayan podido replicar en conjunto su espectacular desempeño del año previo a la llegada de la crisis.
Barcelona-El Prat, extremo opuesto
El extremo opuesto vuelve a ser Barcelona-El Prat. El aeropuerto catalán no sólo ha recuperado las cifras de 2007 sino que ha cerrado 2014 con casi un 15% más de pasajeros que en aquel año de los récords. Para El Prat, el año que acaba de terminar ha sido el quinto consecutivo con incremento en el número de pasajeros, una tendencia que no parece que vaya a cambiar a corto plazo.
Los aeropuertos de Palma de Mallorca, Málaga, Gran Canaria, Alicante y Tenerife Sur han logrado dejar atrás los efectos de la crisis y han presentado en 2014 registros de afluencia muy similares (incluso superiores en algunos casos) a los de 2007. Palma de Mallorca, el tercero en discordia tras Madrid y Barcelona, fue visitado por 23,11 millones de pasajeros, frente a los 23,2 millones de hace siete años. Mientras, Málaga obtuvo una afluencia de 13,75 millones de pasajeros en 2014, algo más de 150.000 por encima de los números de 2007.
Pero el renacer de los aeropuertos españoles, especialmente oportuno ahora que AENA se apresta a iniciar una nueva era con la entrada de capital privado, sigue lastrado por un Barajas que podría verse muy beneficiado por las buenas sensaciones que está mostrando Iberia, la gran compañía con hub en Madrid y cuya continuada crisis ha hecho un daño que, por ahora, no ha podido ser reparado.