ESte viernes se ejecutó la práctica totalidad del ERE de Ahorro Corporación: 145 personas dejaron la entidad entre el jueves y el viernes, de una plantilla total de 460 personas. Un 31% del total. Una cifra sensiblemente inferior a los planteamientos de partida, en los que se hablaba de unas 180 personas. Con ello, culmina, “salvo algunos flecos”, el expediente de regulación de empleo anunciado por la entidad.
Fue un día de despedidas y tristeza. En el sector financiero circularon muchos correos electrónicos de parte del personal saliente, enviados a brokers, gestores, analistas y demás personal especializado, comunicando su marcha. Claro que los receptores tampoco tienen el escenario mucho más despejado: ser profesional de los mercados financieros ahora mismo no es garantía de futuro en absoluto.
El momento fue especialmente duro, entre otras cosas porque Ahorro ha tenido fama siempre de buenas condiciones de trabajo y gran estabilidad. Desde la entidad afirman que se ha intentado reducir en su mayor parte personal administrativo y aseguran que ningún alto cargo ha salido.
En la entidad ha habido salidas relevantes en los últimos tiempos, pero no relacionadas con el ERE, como puede ser la de Alberto Segurado, director de estrategia de negocio, que dejó la firma a finales del pasado año por motivos personales. También es destacable la marcha de Josep Prats, el histórico responsable de inversiones de la gestora del grupo, que se fue hace pocas semanas a Abante Asesores, pero tampoco su salida se ha realizado acogiéndose al expediente de regulación.
Un coloso
Ahorro Corporación ha sido un coloso financiero en los últimos años. Históricamente ha estado entre las principales sociedades de valores de España, codeándose con Santander, BBVA y las principales firmas internacionales.
Su gestora de fondos llegó a ser la cuarta mayor del mercado por importe bajo gestión y siempre estuvo en vanguardia en cuanto a análisis y desarrollo de los fondos de inversión.
Lo mismo vale para su división de información bursátil y financiera: sus informes y analistas eran muy respetados en el sector financiero.
Asimismo, Ahorro tenía banco de negocios, trabajando en numerosos proyectos de capital riesgo y era un operador muy activo en el mercado de titulizaciones.
Reinventarse
Pero la práctica desaparición de las cajas de ahorros ha forzado a la entidad a reinventarse, a costa, entre otras cosas, de reducir su perímetro. Algo parecido le toca a la CECA, que ya realizó un fuerte ERE a finales del pasado verano.
En su día, la entidad reconocía estudiar opciones como la entrada de nuevos socios, la venta por partes del grupo e incluso un MBO por parte de algunos ejecutivos. Pero, de momento, no hay grandes novedades sobre esto.
Los cierres de la práctica totalidad de mesas de contratación de entidades internacionales abren cierto nicho de mercado como entidad española independiente que sin duda tratarán de aprovechar en Ahorro Corporación.
