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La alianza con Forestalia saca de apuros a la gran apuesta de General Electric en España

El acuerdo con el nuevo y sorprendente actor del sector renovable en España salvará de una complicada situación al gigante estadounidense y su gran apuesta, el Centro de Excelencia de Ingeniería de Barcelona. General Electric duplica de un plumazo su presencia en eólica.

  • Imagen de un parque eólico.

La sorprendente Forestalia volvió a asombrar el sector de las energías renovables al adjudicarse el mayor paquete de megawatios en la macrosubasta llevada a cabo por el Ministerio de Energía la pasada semana. No obstante, la compañía aragonesa, desconocida hasta hace poco más de un año y que ya tiene en cartera cerca de 1.800 megawatios para desarrollar, no fue la única ganadora del proceso. Junto a ella, un nombre mucho más conocido: General Electric. El acuerdo para ser el suministrador tecnológico de Forestalia ha supuesto algo más que un soplo de aire fresco para el gigante estadounidense, cuya situación en España está lejos de ser idílica.

Gracias al acuerdo con Forestalia, General Electric multiplicará por dos su cartera en instalaciones de energía eólica, cuya potencia instalada en la actualidad se aproxima a los 1.500 megawatios, con lo que la compañía estadounidense no aparece ni entre los cinco primeros fabricantes, de acuerdo con los datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Si finalmente desarrolla los 1.500 megawatios que Forestalia se ha adjudicado en eólica desde enero del pasado año, en las dos últimas subastas, General Electric se situaría en la tercera posición del ranking, eso sí, aún lejos del gigante Vestas.

El acuerdo ha sido especialmente importante para General Electric en lo que se refiere a su gran apuesta en España: el Centro de Excelencia en Ingeniería de Barcelona, que pasa por ser el segundo mayor del mundo de este tipo del gigante estadounidense. En los últimos tiempos, la situación del centro, que alberga a más de 400 ingenieros, era más que complicada, hasta el punto de que la compañía se estaba planteando un notable recorte en sus recursos.

Además, a finales del año pasado, General Electric llevó a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó también a la planta de GE Wind en Barcelona, de la que salieron algo más de 100 trabajadores.

Compra estratégica

Hace unas semanas, General Electric adquirió el fabricante danés LM Wind por 1.500 millones de euros, una compañía que cuenta con dos centros de producción en España, concretamente en Ponferrada (León) y en Castellón. En este sentido, el acuerdo alcanzado con Forestalia refuerza la apuesta por la empresa adquirida al fondo de capital riesgo Doughty Hanson.

El hecho de que el nombre de General Electric se una al de Forestalia también es todo un espaldarazo para el grupo aragonés, cuya apuesta en la gran subasta de renovables del Gobierno ha puesto de manifiesto que no ha llegado al sector para ser uno más sino que quiere ser protagonista.

No obstante, este hecho no ha podido evitar la aparición de dudas sobre la viabilidad de su estrategia, que se basa en una energía renovable sin primas, sin rentabilidad asegurada por parte de la Administración, al contrario de lo que viene sucediendo hasta la fecha. Unos números que no salen para Iberdrola y Acciona Energía, los principales actores en el panorama eólico español.

Además, por ahora Forestalia se ha centrado en la obtención de permisos y en los trámites burocráticos previos a la puesta en marcha de los trabajos para instalar los primeros 300 megawatios, los obtenidos en la subasta de enero de 2016.

La alianza con General Electric despeja algunas dudas sobre la compañía aragonesa. Aunque, en este caso, todo parece indicar que el pacto salva muchos interrogantes en ambos bandos.

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