De Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) a Fomento y Expansión Empresarial. Así se llama la nueva firma que acaba de constituir Baldomero Falcones Jaquotot, expresidente y ex consejero delegado de FCC, junto con su esposa y sus hijos.
La nueva SA, en la que el ejecutivo aparece como representante y apoderado, no se dedicará, en principio, al ladrillo ni a las finanzas, dos negocios en los que el mallorquín ha desarrollado buena parte de su carrera.
Con un capital inicial modesto, de 1,6 millones de euros, su objeto social es "la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras y de naturaleza no inmobiliaria" que en el momento de la adquisición "no coticen en el primer mercado de Bolsas de Valores o en cualquier otro mercado regulado equivalente de la Unión Europea o del resto de países".
La empresa figura inscrita en el Registro Mercantil desde este lunes, unos días después de conocerse el importe de la indemnización, 7,5 millones de euros, que cobró Falcones tras su salida de FCC, en enero pasado.
La empresa, cuyas siglas podrían leerse, curiosamente, como FEE, está pendiente de inscribirse en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), un paso del que no hay constancia de momento en el regulador bursátil.
El socio único de la nueva firma es Oravla Inversiones, sociedad de Falcones que ostenta la presidencia y bautizada, como es tradición en el clan, como el nombre de un miembro de la familia escrito al revés: Álvaro Falcones Muñoz, que será, a la sazón, director general, consejero y apoderado solidario de Fomento y Expansión Empresarial.
Tres de sus cuatro hermanos, Baldomero Carlos, Sofía Paloma y Jaime, también figuran como consejeros de la empresa, cuyo órgano de gobierno recuerda a la Sicav de la familia, Amolap Inversiones, en la que prácticamente todos los miembros del clan están representados y cuyo nombre remite a Paloma Muñoz, esposa del financiero.
Falcones, que en septiembre cumple 67 años, acredita una larga trayectoria que, de momento, ha tenido su última parada en FCC, empresa que pilotó desde diciembre de 2007 hasta su salida, en enero pasado, precipitada por la mala situación de la constructora, que se vio obligada a suprimir el dividendo a cuenta por primera vez en su historia tras el desplome de resultados, los problemas para refinanciar su deuda y una caída bursátil del 44% en 2012.
El que fuera socio fundador de la firma de capital riesgo Magnum, presidente mundial de Mastercard International, director general de Santander Central Hispano y consejero en numerosas grandes empresas, entre otras responsabilidades, cobró tras su salida de FCC una indemnización "pactada" de 7,5 millones de euros que podía haber sido mayor, ya que las cláusulas negociadas en su momento con el grupo que controla Esther Koplowitz fijaban entonces el blindaje en más de 11 millones de euros (cuatro años de sueldo).
FCC perdió 607,6 millones de euros en el primer semestre de este año, aunque desde la salida de Falcones ha subido un 37,3% en bolsa. El mes pasado, un consorcio liderado por la compañía que desde enero pasado pilota Juan Béjar se adjudicó el mayor contrato logrado por una constructora española en el exterior, la construcción de tres líneas del Metro de Riad (Arabia Saudí) por más de 6.000 millones de euros.