La banca del 'grupo cero' o la banca sana del sistema español ha rechazado de inicio entrar como accionistas en el Sareb, la denominación del banco malo, en una reunión que se celebró este miércoles en el Banco de España. El motivo, según fuentes del sector, es que "no quieren firmar un cheque en blanco" y que las condiciones que ofrece el regulador no son lo suficientemente claras.
Las peticiones que los banqueros (Caixabank, Bankinter, Santander, BBVA, Unicaja, Kutxabank y Sabadell) hicieron al presidente y vicepresidente del Banco de España, Luis María Linde y Fernando Restoy, fueron varias. En primer lugar, que se aclare el precio de transferencia de los activos tóxicos y cómo van a valorarse. Bankinter ha sido el primero en pronunciarse en público. "Pensamos que con las provisiones hechas por los dos planes Guindos no hay que hacer un ajuste adicional", asegura María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter.
En segundo lugar, cuáles serán los activos que se van a transferir y este es un punto de gran relevancia. Por el momento, entran en el 'banco malo' los activos inmobiliarios adjudicados de más de 100.000 euros, el crédito promotor por encima de 250.000 y las participaciones inmobiliarias de la banca. Quedan fuera, por el momento, los créditos deteriorados al consumo a empresas y Pymes, los créditos hipotecarios y otros activos que lastren la solvencia de la entidad. Con el aumento de la morosidad que se está produciendo, estos activos tienen una gran relevancia para la futura solvencia de las entidades. En el decreto que prepara el Gobierno para regular el banco malo, se abre la puerta a que el Banco de España pueda obligar a las entidades a transferir este tipo de activos. Posibilidad que puede producirse dentro de seis meses, en un año o tal vez nunca. La banca sana pone como condición para convertirse en accionista que, desde un primer momento, esté cerrado el perímetro de los activos tóxicos a traspasar. De hecho, quieren que se introduzcan estos activos que están ahora en suspenso.
Los grandes banqueros también se niegan a convertirse en inversores de la Sareb sin conocer la fórmula de entrada. "Deben aclarar si, a cambio de las acciones, tenemos que transferir activos, hay que poner capital o se aceptan títulos de deuda avalados por el Estado. En función de una u otra opción cambiarán las decisiones", explica una fuente conocedora del encuentro.
Los banqueros han asegurado que no moverán ficha hasta que no se aclaren estos puntos. "En estos momentos, el no es rotundo, pero somos conscientes de que, al final, la mayoría acabaremos entrando", explican desde un par de entidades. En esa situación de impasse se encuentra ahora Bankinter. Durante la presentación de resultados del tercer trimestre de Bankinter, Dancausa se ha movido entre el sí y el no en sus respuestas. "No tenemos intención de entrar", ha dicho, para más tarde matizar que "lo valoraremos.