Bankia ha dado por concluida la relación laboral con su exconsejero delegado, Francisco Verdú, que tras ser imputado por la Audiencia Nacional por el caso Bankia, abandonó el cargo de voluntariamente en julio de 2012. La entidad ha pagado una indemnización de 462.000 euros que incluiría compromisos de pensiones, préstamos y anticipos concedidos por la entidad que ya no se los reclama, según publicó este marte el diario Expansión.
Rodrigo Rato fichó a Francisco Verdú dos meses antes de la salida a bolsa de Bankia, en mayo de 2011. El exconsejero conservó su cargo tras la nacionalización y la llegada a la presidencia de José Ignacio Goirigolzarri. Sin embargo, con el cambio Verdú perdió parte de sus funciones y sólo gestionaba la red comercial. Cuando dimitió, Goirigolzarri decidió amortizar su cargo.
La cantidad desembolsada por la entidad es inferior al máximo al que tendría derecho el ejecutivo, según apuntan al periódico fuentes financieras, de lo cual se deduce que se ha alcanzado un acuerdo entre ambas partes. El contrato de Verdú incluía un sueldo fijo anual de 1,7 millones de euros y un variable garantizado en su primer año que no podía superar el 60% de la retribución total.
Además, Bankia asumió desde el principio parte de los derechos de pensiones que Verdú acumulaba por su etapa anterior en Banca March y añadió un blindaje de 4,4 millones. Ese mismo año, el último ejercicio antes de la reforma financiera, Verdú cobró un sueldo de 1,57 millones y acumuló una pensión de 533.000 euros.
Se desconocen los motivos por los cuales Bankia ha esperado hasta ahora para hacer efectivo el pago de la liquidación de los derechos de Verdú, aunque todo apunta a un interés fiscal.