Un nuevo inversor institucional aparece en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como “accionista significativo” de FCC, aunque no posee ni una acción del grupo de construcción y servicios. Se trata de la sociedad TBC Master, radicada en el paraíso fiscal de Islas Caymán, que cuenta con un instrumento financiero que le permite realizar una especie de apuesta a futuro sobre el precio de las acciones de la compañía por un determinado porcentaje, en este caso un 10,4%. Un derivado con la particularidad de que, en este caso, la sociedad no tiene ningún tipo de control sobre las acciones y, probablemente, tampoco la otra parte de la apuesta.
La comunicación al supervisor de los mercados viene dada por un reciente cambio normativo que obliga a dar cuenta de este tipo de maniobras, que anteriormente podían ser llevadas a cabo sin dar cuenta a la CNMV. Fuentes bursátiles apuntan a que se trata de una operación de derivados en el que el fondo especulativo apuesta por un determinado precio de la acción a futuro (en este caso, la fecha de vencimiento es el 7 de junio de 2016) contra otra parte, que suele ser otro fondo de este tipo o una o varias entidades financieras. La particularidad del instrumento es que esta otra parte no tiene por qué ser necesariamente poseedora del paquete de acciones al que se referencia la apuesta puesto que la liquidación del derivado es en efectivo.
Es decir, si a la fecha del vencimiento las acciones cotizan por encima del precio de la apuesta, TBC Master se embolsaría la diferencia que hubiera entre ambos precios multiplicada por el número de acciones incluidas en la operación. En el caso contrario, debería abonar esa cantidad a la otra parte. En la comunicación a la CNMV, TBC Master no especifica el precio del título de FCC contemplado en el derivado.
Pero, en ningún caso, la contraprestación consiste en acciones de FCC. La compañía descarta que sus principales socios, Carlos Slim y Esther Koplowitz, estén detrás de la operación puesto que, de lo contrario, la deberían haber comunicado también a la CNMV.
La alargada sombra de Soros
TBC Master es un vehículo controlado por Three Bays Capital, hedge fund con sede en Boston y creado hace apenas dos años por Matthew Sidman, gestor con amplia experiencia en el sector. Three Bays Capital, que declinó a través de un correo electrónico hacer comentarios sobre este movimiento, está especializado en hacer operaciones en compañías involucradas en futuras operaciones corporativas, como OPAs, absorciones o reestructuraciones de deuda, como es el caso de FCC.
Se da la circunstancia de que Three Bays Capital invierte en algunas compañías tecnológicas de EEUU junto con el fondo especulativo del inversor George Soros, el cual cuenta con una participación en el capital de FCC aunque se desconoce exactamente el porcentaje, toda vez que la controla también a través de complejos instrumentos derivados, con lo que esquiva hacer pública la inversión en el caso de superar los umbrales marcados por la normativa (en este caso, a partir del 3% del capital).
No obstante, fuentes del mercado aseguran que, en su día, Soros llegó a controlar algo más de un 8% del grupo constructor. “Si algún inversor concreto estuviera detrás de la operación podría ser Soros aunque es complicado. Este tipo de instrumento podría haber sido diseñado perfectamente referenciado al capital de la compañía que fluctúa libremente en Bolsa”, apunta un experto en esta clase de productos quien, además, asegura que algunas de estas maniobras se llevan a cabo sin contratos de por medio lo que, en ocasiones, deriva en la quiebra de los fondos especulativos.
También en Cementos Portland
Matthew Sidman, fundador y consejero delegado de Three Bays Capital, es un fiel seguidor de inversores especulativos como el propio Soros y John Paulson. Comenzó su trayectoria en solitario levantando 500 millones de dólares para constituir el hedge fund, que actualmente cuenta con una cartera valorada en unos 2.000 millones, invertida íntegramente en EEUU.
Se da la circunstancia de que TBC Master también ha declarado una posición idéntica a la de FCC en su filial cotizada Cementos Portland Valderrivas, aunque en este caso mucho más pequeña (algo más de un 1% de la empresa). La cementera afronta un complicado proceso de refinanciación que marca su futuro más inmediato, toda que en el año que está a punto de comenzar vence el grueso de su deuda, cercana a los 1.000 millones de euros.