Carbures volvió este lunes a cotizar tras casi tres meses suspendida y lo hizo con un severo -y esperado- correctivo. Sus acciones se hundieron un 66,17%, pasando de los 5,32 euros que marcaban el 8 de octubre, cuando se suspendieron por las dudas sobre las cuentas de la compañías, a 1,80 euros. Los inversores penalizaron a la firma gaditana tras conocer el viernes el informe de auditoría de PwC, que concluye que Carbures perdió seis millones de euros en el primer semestre, en lugar de los 11,4 millones de beneficio anunciados inicialmente, y sus ventas fueron en realidad de 20,2 millones y no de 41,9 millones. Asimismo, la previsión de ingresos del grupo en 2014 cambia de 104 millones a 58.
En esta revisión de las cuentas de Carbures ha tenido una incidencia significativa la forma de contabilizar el contrato que la compañía que preside José María Tarragó anunció el pasado 1 de julio con la empresa china Shenyan Hengrui para la venta de siete lineales RMCP, de fabricación de piezas de coches en series largas en materiales compuestos, su distribución, así como los royalties inherentes al uso de esta tecnología y por el que la firma española prevé anotarse ingresos superiores a los 97 millones de dólares (82 millones de euros al cambio actual).
En los resultados del primer semestre, Carbures ya contabilizó 19,6 millones de euros facturados por este contrato, a pesar de anunciarse el 1 de julio y firmarse oficialmente, en presencia de Mariano Rajoy, casi tres meses después (el 25 de septiembre), en Pekín. Pues bien, en lugar de los 19,6 millones declarados entonces, PwC, que recomienda a la compañía "aplicar criterios más prudentes a la hora de reconocerse los ingresos", señala que la facturación por este contrato se limitará en el conjunto de 2014 a 800.000 euros. A partir de ahora, "el reconocimiento de los ingresos del contrato de cesión de royalties se producirá progresiva y proporcionalmente y se aplicarán en la entrega de cada RMCP". Asimismo, en lo que respecta a la venta de lineales -cada uno de ellos aportará 12,719 millones de dólares-, se reconocerá el ingreso "a la entrega del bien vendido".
Para 2015, Carbures prevé facturar por su acuerdo con Shenyan Hengrui 32 millones de euros, equivalentes al 42% del contrato, que se extiende al 2016, en el que se estima la mayor facturación procedente del mismo. Ahora bien, para que todos estos números cuadren, la compañía gaditana tiene que salvar aún un obstáculo: la aprobación de la patente de la tecnología RMCP sobre la que se sustenta el contrato con la compañía china. El proceso para conseguirlo lo inició en febrero de 2012 y casi dos años después, y a pesar de que al anunciar el acuerdo hace más de seis meses Carbures sostenía que ya contaba con dicha patente, aún no lo ha logrado.
En octubre, este diario adelantó que la patente en la que se basa el contrato con la empresa china todavía no existía. Desde Carbures aseguraron que se estaba ultimando la concesión. Tres meses después, el proceso sigue estancado en una sucesión de peticiones, denegaciones, inadmisiones y observaciones. Fuentes oficiales de la compañía insisten en que "todos los trámites están avanzados, se está ultimando el proceso y nos la concederán".
Según figura en los registro de la Oficina Española de Patentes y Marcas, el pasado 9 de diciembre se ejecutó el traslado de observaciones del Informe sobre el Estado de la Técnica (IET) y unos días después, el 17 de diciembre, se ampliaron, por tercera vez, los comentarios y observaciones al IET. En Carbures están tranquilos y recuerdan que "si una compañía quiere hacer una máquina como la nuestra tardarán unos años".
En su informe, PwC indica que Carbures ha preparado un plan de tesorería según el cual estiman cerrar el ejercicio 2015 con liquidez suficiente. La consecución de dicho plan, no obstante, depende de "hipótesis significativas", abunda, entre las que se "incluye la obtención de un volumen relevante de flujos de caja provenientes del contrato firmado con Shenyan Hengrui". De lo contrario, "sería necesario la obtención de otras fuentes de financiación adicionales". En este sentido, la auditora apunta a "la existencia de una incertidumbre material que podría generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento", relacionada, dice, "con el cumplimiento de dichas hipótesis", es decir, con la consolidación del contrato chino.
Carbures insiste, por su parte, en que la cartera de pedidos ya firmados para 2015 supera los 110 millones de euros, lo que, a su juicio, dibuja un futuro "optimista". "En 2014 nos penaliza la reorganización contable de la compañía, pero en 2015 se verán las verdaderas cifras de Carbures", subrayan desde la empresa andaluza.