En 2012, la tendencia entre las grandes energéticas españolas fue cierta contención a la baja en las retribuciones de sus primeros ejecutivos ante la caída generalizada de los beneficios. Pero hubo excepciones como la de José Luis López de Silanes, el presidente y consejero delegado de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH).
La empresa, que el año pasado ganó casi un 10% menos, pagó a Silanes 1,9 millones de euros, un 5,5% más que en 2011 y la cifra más alta percibida por el riojano desde que, en abril de 2005 y de la mano de Repsol, accedió a la presidencia de la compañía propietaria y gestora de la red de oleoductos y almacenamientos de productos petrolíferos, en sustitución del exministro Miguel Boyer.
El importe incluye la remuneración de Silanes como ejecutivo de la compañía, presidente-consejero delegado y vocal, así como las aportaciones a su plan de pensiones y a su seguro de vida. Y es una suma modesta, comparada con las magnitudes percibidas por las cúpulas de las energéticas del Ibex en los últimos años (sobre todo, antes de la crisis). A modo de ejemplo, la retribución de Silanes en los tres últimos ejercicios, unos 5,2 millones, sólo es algo mayor a los casi 4,9 millones que Antonio Brufau cobró de una tacada el año pasado, el más austero para el presidente de Repsol en el úlltimo lustro.
No obstante, para CLH, que no está en el Ibex (apenas cotiza en el mercado de corros) y cuyo tamaño por número de empleados se asemeja al de Enagás o Red Eléctrica, es una cuantía inédita que llega tras otro ejercicio difícil, por la crítica situación económica, que la compañía ha logrado capear.
De los tres gestores de redes energéticas, es el mejor pagado, pese a que la empresa ganó mucho menos que REE o Enagás
Tras la quinta caída consecutiva del consumo de carburantes de automoción en España (bajó otro 6,8% en 2012 y ya está en niveles de los noventa), la empresa ganó el año pasado 147,9 millones de euros, un 9% menos. La cifra, la más baja desde 2005, eleva a 1.100 millones los beneficios acumulados desde 2007 hasta 2012, periodo de vigencia del plan estratégico que CLH acaba de culminar, con una inversión de 750 millones que ha permitido ampliar el sistema español de oleoductos y almacenamientos. El nuevo plan, 2012-2016, contempla unas inversiones de 334 millones para una red que ha recibido elogios de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Y la empresa confía en que el consumo rompa la tendencia descendente a partir de este mismo año.
Los datos de 2012 convierten a Silanes, reelegido en 2012 por un plazo de otros cinco años, en el quinto ejecutivo mejor pagado entre las energéticas tradicionales (petróleo, gas y electricidad) que cotizan en la bolsa española, exceptuando a Luis Atienza, que ya no está en el sector (abandonó REE con una indemnización de 2,3 millones tras su salida en marzo del año pasado). Si se excluye al exministro socialista, Silanes, que, siguiendo la práctica habitual en el mercado, tiene un contrato blindado (tres años de sueldo en caso de despido), también es el que más cobra de entre las tres compañías que gestionan redes energéticas. No obstante, REE y Enagás triplicaron y casi duplicaron, respectivamente, las ganancias de CLH.
La retribución del presidente de CLH también superó a otros ejecutivos del sector con mayor proyección pública, como el consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan (1,49 millones) o el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró (1,1 millones). No obstante, estuvo muy por debajo de lo que cobraron el año pasado los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (7,4 millones) y Repsol; y lejos del consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca (2,78 millones) y el presidente de Endesa, Borja Prado (2,24 millones).
Las principales petroleras controlan un 34,1% del capital, en el que también participa el Estado
El responsable de aprobar el sueldo del presidente de CLH es el consejo de administración de la empresa, que representa a casi el 100% del accionariado. En los últimos años, la compañía, que ha llevado a gala la transparencia en materia de responsabilidad corporativa, ha tenido como política un payout (porcentaje del beneficio destinado a dividendo) de en torno al 100%. Generosidad hacia un accionariado en el que los cuatro principales operadores del sector de carburantes en España (que son los principales clientes de CLH) tienen una importancia determinante, al controlar un 34,1% del capital.
En concreto, Cepsa tiene un 14,15%, Repsol, un 10% y BP y Galp, un 5% cada una. En la empresa también participan Omán Oil (10%), fondos y bancos extranjeros, así como el Estado a través del FROB (5%) y otras entidades financieras.
El peso de las petroleras en CLH ha sido señalado por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) como uno de los factores que inciden en la falta de competencia del mercado español de carburantes. El mes pasado, el Gobierno incluyó algunas medidas que afectan a la actividad de la empresa en un Real Decreto-Ley que resume las medidas con las que el ministro de Industria, José Manuel Soria, llevaba amagando meses en su anunciado intento por abaratar los precios de los combustibles.
Para “garantizar que la eficiencia de la logística de hidrocarburos permite que los costes de distribución sean lo más bajos posibles”, el Ejecutivo ha reforzado el régimen de supervisión de las instalaciones de CLH para garantizar que se cumple la obligación legal de garantizar el acceso de terceros a su red “en condiciones transparentes, objetivas y no discriminatorias". No obstante, el departamento de Soria ha dejado las cosas como estaban en materia de límites accionariales.