La tormenta perfecta parece cernirse sobre Coca-Cola. La compañía está viviendo un momento de malos resultados bursátiles y se encuentra cerca de mínimos desde que la nueva embotelladora europea (Coca-Cola European Partners) saliera al mercado el 2 de junio con un acto multitudinario en la bolsa de Madrid. Este viernes la empresa ha cerrado en 29, por debajo de 30 euros la acción y próxima a sus mínimos tal y como puede verse en este gráfico de Infobolsa.
Tras meses de calma chicha, la marca ha vuelto a la actualidad por una conjunción de motivos. En primer lugar por el impuesto a bebidas azucaradas, presentado este viernes tras el Consejo de Ministros por Cristóbal Montoro. Aunque la empresa no quiere que se centre el debate en ella, dado que el impuesto afectará a todos los fabricantes de refrescos, es inevitable que se piense en ellos e incluso algunos llamaron a este impuesto la 'tasa Coca-Cola'.
Este aspecto, que podría impactar en las ventas de la empresa, ha coincidido en el tiempo con un resurgimiento del que parecía olvidado conflicto con sus trabajadores de Fuenlabrada. Los empleados de la factoría madrileña han mantenido la conflictividad en redes sociales durante todo este tiempo pero han recibido este viernes un espaldarazo político y mediático de enjundia: Pablo Iglesias, Irene Montero y Rafael Mayoral han participado en un escrache en la puerta de la sede del PP en la calle Génova de Madrid. Apenas unas decenas de personas, pero multitud de cámaras y micrófonos para recoger las palabras del líder sindical de Comisiones Obreras en la planta madrileña, Juan Carlos Asenjo.
No podemos permitir que empresas como Coca-Cola humillen a nuestro país al humillar a sus trabajadores. Estamos con @cocacolaenlucha pic.twitter.com/ynX1kjjCZE
— Pablo Iglesias ?{R} (@PabloIglesias) December 2, 2016
Iglesias no ha dudado en llamar al boicot contra los productos de la marca americana: "Hay que seguir sin beber Coca-Cola porque Coca-Cola está atacando los derechos de los trabajadores. Me acaban de hablar de que hay vigilantes armados para vigilar a los trabajadores". No es la primera vez que el líder de Podemos se enfrenta a la marca norteamericana y a su embotelladora. Ya en febrero del año pasado, Iglesias, aún eurodiputado, desveló cómo Coca-Cola había intentado contactar con él para frenar la campaña en su contra durante una reunión en el Parlamento Europeo.
El supuesto independentismo de Daurella
Por si todo esto no fuera suficiente, en estos últimos días otra polémica ha rodeado a la compañía tras conocerse que su presidenta Sol Daurella ha mostrado públicamente su apoyo a Diplocat, el Consejo de Diplomacia Pública de Catalunya que algunos interpretan como embrión del que sería futuro Ministerio de Exteriores catalán. Daurella nunca se ha considerado una persona próxima al secesionismo, pero este gesto ha sido suficiente para generar la ira de muchos, y algunos en las redes bajo la etiqueta #cocacolarompeespaña han querido también llamar al boicot contra la marca americana, a la que se le unen así intentos de boicot por dos motivos muy distintos.
Marcos de Quinto, vicepresidente mundial de la compañía y a quien no se le presumen excelentes relaciones con Daurella, ha salido en defensa de la misma en Twitter a preguntas de una periodista.
No me consta que Sol sea independentista, solo trata de impulsar la inversión extranjera en Cataluña y eso es bueno para España @Gisebcn
— Marcos de Quinto (@MarcosdeQuinto) November 28, 2016