El pasado 7 de septiembre reabría la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada después de haber estado cerrada más de un año. El sindicato Comisiones Obreras lideró la batalla sindical y judicial hasta el punto de trastocar completamente los planes de la empresa presidida por Sol Daurella, que no contaba ni mucho menos con tener actividad industrial en el centro de la Península ya que había optado por un modelo radial en el cual las plantas periféricas aumentaran su producción para suministrar a la periferia y al centro de la península.
Pero la Audiencia Nacional decretó que Fuenlabrada debía reabrirse y los trabajadores reintegrarse en sus puestos de trabajo "en las mismas condiciones que antes de la presentación del ERE". Coca-Cola claudicó hace ahora casi un año y cedió con la idea de construir en el sureste de Madrid "un proyecto vanguardista que conlleva la creación de un almacén centralizado de recambios que permita unificar las compras y suministros, clasificar el estocaje de vidrio, ect. El centro dispondrá de maquinaria de empaquetado, paletizado y enfardado para la manipulación de los packs de productos y actividades vinculadas a la gestión de residuos"
No obstante, la Inspección de Trabajo, que emitió un informe a petición de los sindicatos el pasado 1 de abril después de visitar la fábrica, ha indicado que la única actividad que funciona con normalidad e incluso absorbe mano de obra es el departamento de clasificación y stockaje de vidrio retornable, un departamento que clasifica el vidrio retornable de la zona centro para enviarlo a las fábricas con producción asignada. En este, "los procedimientos son manuales sin existir previsiones de tecnificación", es decir los empleados seleccionan a mano las botellas para su posterior reciclaje.
"Mobbing" en la empresa
El secretario general de CCOO en Madrid, Jaime Cedrún, ha asegurado que lo que hace Coca-Cola con sus trabajadores es mobbing y ha recriminado que la empresa contrate vigilantes de seguridad para vigilar a los empleados. Los menos de 200 trabajadores que eligieron retornar a sus puestos de trabajo en la factoría fuenlabreña tras más de un año de lucha y meses de acampada en la puerta del recinto se han encontrado en muchos casos con que la función que realizaban antes del ERE ya no se puede llevar a cabo. Esto es algo lógico, ya que la planta ya no fabrica Coca-Cola sino que se dedica a otras funciones como el almacenaje de producto caducado.
El informe de Inspección de Trabajo reconoció que "carecen de actividad las áreas de almacen, alimentación moderna y manipulación de producto acabado". Por su parte, el area de I+D la han definido, de forma irónica, como un lugar donde "se clasifican las botellas a mano".
La compañía ha aprovechado para implementar sistemas informáticos de gestión como SAP, cuyo manejo ha encargado a trabajadores que carecían de los conocimientos técnicos para ello.
CCOO recuerda que "han cambiado dos jueces de los tres" que han de decidir sobre su futuro
Por todo ello, los sindicalistas creen que CCIP está incumpliendo el dictamen de la Audiencia Nacional. Sin embargo, han destacado que la sala que falló su caso "ha cambiado a dos jueces de tres", lo cual podría ser sospechoso. De hecho, según ellos "el auto ha cambiado ciertas cosas de la sentencia", siendo menos favorable a los trabajadores.
Nueva vista judicial
Por último, CCOO ha informado de que la empresa CCIP ha solicitado una vista judicial, y ha mostrado su miedo de que sirva para cambiar derechos de los trabajadores. Sin embargo, Coca-Cola ha destacado que esta vista es "para que dirima las discrepancias existentes respecto a cuestiones económicas y tratar de poner fin a las mismas. En concreto se trata de saber cuál es la postura de la Audiencia Nacional sobre los siguientes asuntos: Cálculo de intereses de los salarios de tramitación, pago de pluses de nocturnidad y cambios de funciones y devolución de las indemnizaciones cobradas tras las reincorporaciones".
La compañía, que saldrá a bolsa en las próximas semanas después de culminar su fusión con Coca-Cola Enterprise y con su homóloga alemana para crear un gigante europeo, destaca que la falta de trabajo era por la implementación de los sistemas informáticos, que ya ha llegado a su fin y permite trabajar a pleno rendimiento: "El centro de trabajo está siendo objeto de un cambio profundo. A pesar de ello, el calendario previsto de adecuación continúa su ritmo con el objetivo de que todas las tareas previstas en el centro estén plenamente operativas en el segundo semestre".