El mercado está complicando los planes de Colonial para tratar de conseguir la liquidez que precisa para afrontar con garantías la refinanciación de su elevado endeudamiento. Cerca de dos meses después de que la inmobiliaria española anunciara que contempla la venta de su participación en la francesa SFL, la cotización de ésta apenas se ha movido y sus acciones se mantienen en el entorno de los 39 euros en que se encontraban en el momento del anuncio.
En contra de lo que sucedió hace cuatro años, cuando Colonial puso en el mercado SFL también en mitad de un proceso de refinanciación, ahora este activo no encuentra tanto interés entre los inversores. De lo contrario, no se explica la atonía que ha mostrado la empresa gala en Bolsa desde que su matriz manifestó su voluntad de hacer caja con ella.
De este modo, Colonial ha reactivado los planes de búsqueda de socios que acometan una ampliación de capital que permita a la compañía acometer con cierta tranquilidad la refinanciación de su deuda.
Después de que fallara el intento realizado por el Grupo Villar Mir, Colonial está dispuesta a explorar otras opciones para lo que lleva tiempo peinando el mercado. Fuentes del sector inmobiliario señalan que el dueño de OHL prepara un nuevo asalto a la compañía y que podría volver a intentarlo después del verano.
La necesidad de una OPA
Si un inversor quisiera comprar la participación de Colonial en SFL se vería obligado a lanzar una OPA por la empresa gala, un movimiento que no hubiera pasado desapercibido para los inversores en París. También cabe la posibilidad de que Colonial sólo vendiera una parte (por debajo de un tercio del capital no sería necesaria la OPA) o que convenciera a varios inversores para que compraran paquetes más reducidos y manifestaran al mercado francés que no actuaban en concierto.
Sin embargo, el momento no es el más apropiado para el mercado inmobiliario del país vecino, que muestra algunos síntomas de haber tocado techo en su recuperación tras la crisis. De ahí que sea complicado encontrar inversores y más si se trata de varios.
Colonial afronta un proceso de refinanciación complejo, especialmente por lo que se refiere a sus activos de promoción, suelo y centros comerciales, básicamente la herencia de Riofisa, que adquirió en 2007 por 2.000 millones de euros, diez veces más que la actual capitalización bursátil de la inmobiliaria que preside Juan José Bruguera.
La compañía afronta la que sería tercera refinanciación desde que se inició la crisis. Otras grandes inmobiliarias, como Reyal Urbis y Martinsa-Fadesa no pudieron llegar a esta cifra mientras que Metrovacesa lo logró gracias a que pudo acogerse a la legislación británica, más permisiva a la hora de tener en cuenta el apoyo de los acreedores.