Francisco José Muiña es de Pola de Allande, un concejo de 700 personas del suroccidente asturiano. Sus vecinos de parroquia seguro que no lo saben, pero Francisco es el responsable de que muchos de ellos puedan acceder al correo electrónico, navegar por Internet o ver películas en streaming. Francisco se dedica a construir Centros de Procesamiento de Datos (CPD).
Un Centro de Procesamiento de Datos es básicamente una infraestructura o edificio en el que se alojan grandes discos duros con millones de datos en información de personas y de empresas que ofrecen servicios a esas personas. Esos CPD están conectados entre sí y entre los hogares a través de Internet, lo que permite que la información circule entre sí por todo el mundo.
Cuando un vecino de Pola de Allande se conecta a a su cuenta de Dropbox o arranca una reprodución de una película en Netflix, la petición viajar por Internet -cable, cobre o aire- entrar en esos CPD, coge lo que necesita y se lo muestra al usuario en pantalla. En el momento en que se produce el clic en el botón izquierdo del ratón, los deseos del usuario viajan desde Asturias a un CPD sito en Estados Unidos, luego a otro en China, tras ello dan el salto a Rusia y vuelven al ordenador materializados en archivos de dropbox o en la película sobre la que ha pinchado el usuario. Todo en décimas de segundo.
Todo el perímetro del complejo está protegido por fuertes medidas de seguridad. Dispone de una doble valla, una primera de tres metros de altura y una segunda con estructuras de hormigón para evitar alunizajes
Francisco lleva 17 años construyendo Centros de Procesamiento de Datos. Su Capilla Sixtina se llama Alcalá Data Center y está ubicada a 35 kilómetros de Madrid, en la tierra que vio nacer a Cervantes. Dispone de la misma superficie útil que ocho campos de fútbol y desde su azotea se se otea Alcalá Meco -está a cinco minutos andando-. Es casi tan infranqueable como la prisión de la que tanto se ha hablado en los últimos meses.
Desarrollado por Telefónica, el Alcalá Data Center cuenta con la certificación más alta que existe si hablamos de CPD: Tier IV Gold. Este marchamo garantiza que el Alcalá Data Center tiene una fiabilidad operativa el 99,995. En funcionamiento desde abril de 2013, jamás ha detenido su actividad. Sólo hay uno en su especie en España, en este caso fue desarrollado por BBVA en Tres Cantos, Madrid.
Búnker de datos
Todo el perímetro del complejo está protegido por fuertes medidas de seguridad. Dispone de una doble valla, una primera de tres metros de altura y una segunda con estructuras de hormigón para evitar alunizajes. En su interior, además, hay un depósito de agua que puede alojar toneladas de fluido vital, todo con el fin de que, en caso de lluvias torrenciales, el agua se redirija a su interior y no afecta a las instalaciones, muy dependientes de la energía eléctrica, como veremos más adelante.
El acceso está protegido además por cámaras de visión nocturna y de videosensores que alertan cuando se produce cualquier tipo de movimiento en torno a la valla.
Para acceder al centro tuvimos que pasar dos controles de seguridad y dos arcos detectores de metales, Rayos X, sistemas infrarrojos, sensores volumétricos y los circuitos cerrados de televisión antes referidos.
En la base del edificio hay varios motores diesel que toman el control si se produce cualquier problema. Para ello disponen de un tanque de 230.000 litros de combustible
Los datos que se alojan en este centro de datos son la razón de ser de las medidas de seguridad que imperan, y son precisamente estas las que han permitido que el servicio no se haya interrumpido jamás.
230.000 litros de diesel
El factor energético es determinante. Pensemos que en su interior se almacena el equivalente a casi diez años de reproducción de vídeo en formato Full HD. Son datos de hoteles, fábricas, operadores de telecomunicaciones, empresas de entretenimiento y organismos públicos que apuestan por el CPD de Telefónica para dar servicio a sus clientes.
Esa información debe estar siempre disponible para cuando el usuario de Pola de Allande necesite acceder a la misma. Los equipos deben estar siempre encendidos y a pleno rendimiento, por lo que la factura energética, si no se hace una gestión eficiente, puede dispararse.
Pensemos que el Alcalá Data Center necesita diariamente el equivalente energético a 5.000 hogares, ¿qué sucede si hay alguna incidencia?
El Alcalá Data Center necesita diariamente el equivalente energético a 5.000 hogares
En la base del edificio hay varios motores diesel que toman el control si se produce cualquier problema. Para ello disponen de un tanque de 230.000 litros de combustible. Esto otorga una autonomía de un día entero, pero el CPD posee un acuerdo de suministro específico por el cual en menos de 6 horas recibiría más diesel. Estos motores tan sólo han sito utilizados durante 90,7 horas en seis años. Sólo 20 minutos de ese uso han sido provocados por incidencias. El resto del tiempo de uso ha sido destinado a labores de mantenimiento, a ponerlos punto para cuando sea necesario.
Refrigeración
Gran parte del consumo energético del CPD tienen que ver con la necesidad de enfriar los equipos. Los servidores deben estar siempre a una temperatura de entre 19 y 25 grados centígrados.
El método de enfriamiento es de lo más básico. Consta de un sistema de ventilación que recoge el aire del exterior, lo limpia de impurezas -podrían dañar los equipos- y lo distribuye en las zonas del interior donde es más necesario. Por su parte el aire caliente que rezuman los equipos es extraído hacia el exterior para evitar el sobrecalentamiento.
¿Qué pasa cuando durante el verano las temperaturas superan los 24 grados? El sistema se complementa con enfriamiento a través de agua. El aire del exterior, una vez filtrado, se hace pasar en esta ocasión por una cortina de agua que lo enfría para seguir cumpliendo con su cometido.
El método de enfriamiento de los equipos consta de un sistema de ventilación que recoge el aire del exterior, lo limpia de impurezas -podrían dañar los equipos- y lo distribuye en las zonas del interior necesarias
¿Y qué pasa cuando en invierno las temperaturas están por debajo de los 19 grados y se complica mantener el calor dentro? Pues que el sistema reutiliza el calor que expelen los servidores, en lugar de desalojarlo, para mantener siempre la horquilla de grados entre los 19 y 24. El 94% del tiempo funcionan ambos sistemas. El 6% restante corresponde al uso del tradicional aire acondicionado, cuando la subida de las temperaturas durante el periodo estival hace imposible mantener las temperaturas con los anteriores métodos.
A quien navega por Internet no le importa la temperatura ni lo difícil que es mantener los datos en la nube, tampoco la seguridad que existe alrededor de un CPD o dónde se encuentran alojados. El usuario quiere acceder siempre y con garantías a los datos que dan sentido a su conexión. Lo que no deja de ser curioso es que lo llamen 'La nube'. Hoy hemos tratado de bajarla a la tierra.