El Gobierno de Mariano Rajoy se ha colgado la medalla de atraer dos importantes inversiones a España durante la reciente visita del presidente del Gobierno español a Estados Unidos. Sin embargo, esa especie, lanzada desde el Ejecutivo, se parece mucho a una burda estrategia de propaganda porque el desembarco de ambas empresas, el grupo de distribución Costco y la empresa tecnológica UST Global, es un hecho desde hace meses y no ha requerido de la mediación del jefe del Ejecutivo español, aseguran fuentes empresariales.
En el viaje oficial realizado la semana pasada por Rajoy a EEUU en compañía de un nutrido grupo de empresarios españoles, el presidente pudo por fin entrevistarse en la Casa Blanca con Barack Obama y, generoso, obsequió al presidente estadounidense con tres facsímiles de obras de 500 años de antigüedad: una carta que Vasco Núñez de Balboa envió al Rey Fernando El Católico; una biografía del descubridor y un mapamundi de la época.
A cambio, Obama le regaló una cajita de M&M’s, los famosos cacahuetes cubiertos de chocolate, con el emblema de la Casa Blanca y un autógrafo. Pero lo importante es que Rajoy logró la promesa inquebrantable de dos golosas inversiones para España con la consiguiente creación de miles de empleos (3.000 cada una).
Al menos, así lo vendió el Ejecutivo español. El pasado miércoles, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz, anunciaba, recién llegado de Estados Unidos y durante la apertura del 'Spain Investors Day’ que “hay dos inversiones importantes” procedentes de ese país, “una en el sector de la distribución comercial y otra en el sector de las nuevas tecnologías, que probablemente van a llegar a España en las próximas semanas o meses”, y no dudó en vincularlas con el viaje de Rajoy.
Al día siguiente, varios medios picaron el anzuelo. “Nuevo espaldarazo a la economía española: llegan dos multinacionales de EE UU tras la visita de Rajoy”, decía el diario La Razón en su portada, en línea con ABC y Expansión, cuyo principal asunto en primera era que “El grupo de distribución Costco entra en España”. En páginas interiores, el diario económico aseguraba incluso que Rajoy se había traído “debajo del brazo el compromiso” de invertir del grupo de distribución y la tecnológica. Compromisos que, sin embargo, ya existían desde hace tiempo.
El caso del grupo de distribución estadounidense es especialmente llamativo, dado que su aterrizaje en España es público y notorio. De hecho, ABC y La Razón se hicieron eco de su llegada a España en noviembre de 2012 y Expansión, en abril del año pasado.
El gigante estadounidense ya tiene montada toda una estructura en el país, ultima la apertura de sus primeros centros en Sevilla y Madrid, ha iniciado la contratación de cientos de empleados y ha anunciado públicamente sus planes de expansión. Además, el año pasado sus responsables en España pudieron reunirse en varias ocasiones con el propio Jaime García Legaz, pero no en Washington sino en España.
Por su parte, en el caso de UST Global, con cuyo consejero delegado, Dan Gupta, se reunió Rajoy en Washington, su aterrizaje en España se atribuye desde hace meses en la prensa mexicana a las gestiones del expresidente de ese país Vicente Fox. Y la empresa, como Costco, ya tenía tomada la decisión hace tiempo, como demuestra el hecho de que, desde finales del año pasado, cuenta incluso un country manager en España, el español José Aguilaniedo.
Así que, de “probablemente”, nada; el aterrizaje ya estaba decidido. La utilización política del desembarco de ambas empresas por parte de Mariano Rajoy ha provocado cierto desconcierto en las empresas, que no comentan este asunto. Ambos anuncios son los principales réditos de una visita que, según el Ejecutivo español ha salido “muy, muy, muy, muy bien”, y en la que Rajoy y su equipo no han dado, precisamente, ejemplo de austeridad.