Desarrollos Urbanísticos Chamartín (DUCH) trata de dar pasos hacia adelante con vistas a llevar a cabo un proyecto que se complica por momentos: la denominada operación Chamartín. Por el momento, la sociedad está negociando con Renfe y Adif, propietarios de la mayoría de los terrenos, un aplazamiento de los pagos que deberán realizar por estos suelos y que podrían ser exigibles a partir de enero del próximo año.
La sociedad, controlada por BBVA y Grupo San José, pretende evitar que se le vengan encima una serie de compromisos financieros que podrían alcanzar cerca de 1.000 millones de euros. De ahí que haya planteado a las empresas públicas Renfe y Adif un plan para diferir los pagos, de tal forma que éstos puedan acompasarse a la evolución del desarrollo que, además, se ve también condicionado por los devastadores efectos de la crisis en el sector inmobiliario.
Teóricamente, a partir del próximo 1 de enero Renfe y Adif podría exigir que DUCH procediera a efectuar los pagos por los suelos adquiridos. Hasta entonces, los propietarios de los terrenos tenían que realizar ofrecimientos y la promotora tenía la opción de aplazar la compra con el pago de una compensación económica.
De hecho, así ha ocurrido hasta el momento con terrenos valorados en su totalidad en unos 700 millones de euros.
Ni cuándo ni cómo recuperar la inversión
La promotora pretende acompasar los posibles pagos que tenga que realizar a los ingresos que vaya obteniendo por la evolución del desarrollo, aunque por el momento apenas se hayan realizado trabajos en la zona ya que la operación aún no ha podido arrancar.
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictada poco antes del verano hace inviable por ahora la operación al impedir las construcciones superiores a tres alturas en la zona, algo que echa por tierra los planes del desarrollo que incluía hasta 20 torres.
Asimismo, la operación Chamartín incluye más de 15.000 viviendas en un momento en el que el mercado residencial atraviesa por un momento especialmente delicado.
De esta forma, la sociedad asume que será difícil determinar los plazos en los que los socios podrían recuperar la inversión, tanto la realizada hasta ahora (una mínima parte) como la comprometida.
No obstante, es improbable que DUCH tenga que afrontar los pagos por los terrenos, al menos en el corto plazo, ya que para hacer ejecutar la transacción el suelo tendría que estar desafectado y, además, dejar de ser utilizado por los propietarios, circunstancias que no se dan en la actualidad.