La banca acreedora de Duro Felguera ha acordado aportar 31 millones de euros en avales a la compañía, e inyectar algo de oxígeno para aguantar al menos hasta final de año evitando el concurso de acreedores. De acuerdo a fuentes conocedoras de las negociaciones, el jueves Santander, que era el último de los bancos que quedaba por posicionarse, dio su visto bueno a la operación. Caixabank, Sabadell, Bankia y BBVA son los otros principales bancos acreedores.
La inyección de liquidez de la banca en la compañía estaba supeditada a que Duro Felguera pudiera garantizar la operación de alguna manera. Entre las opciones barajadas se trató de que los principales accionistas y consejeros del grupo garantizaran con su patrimonio la entrega de avales, lo que no ha sido posible. El mecanismo empleado ha sido acceder a que el grupo industrial emplee buena parte de la venta acordada de su sede en Madrid a Banco Sabadell para garantizar los avales requeridos.
Como publicó el jueves este diario, Duro Felguera ha dado prioridad a la oferta presentada por Sabadell por el inmueble que utiliza como sede en Madrid. Sandra Ortega, hija del dueño de Inditex, Amancio Ortega, había ofrecido 38 millones por el activo. Aunque la oferta de Sabadell es inferior, 33 millones, no impone condiciones, mientras que la de Ortega incluía la obligación de que la compañía se quedara como inquilino del edificio diez años.
La compañía ha anunciado esta semana la pérdida de contratos internacionales por valor de 918 millones
La entrega de avales por parte de la banca podría despejar el camino para que el actual presidente del grupo, Antonio del Valle, acepte dar un paso atras y abandonar la presidencia. El juez Ismael Moreno, de la Audiencia Nacional, admitió a trámite el mes pasado querella interpuesta por la Fiscalía Anticorrupción contra Duro Felguera, su presidente, y otras seis personas por presuntos delitos de corrupción internacional y blanqueo de capitales, tras detectar pagos por comisiones y sobornos a políticos venezolanos. La banca acreedora ve necesaria la salida del actual presidente, según las fuentes consultadas, aunque tiene que ser el consejo de administración del grupo el que apruebe la medida.
La compañía con sede en Gijón se encuentra en una delicadísima situación después de haber estado prácticamente el último año buscando socios inversores, fórmulas para ampliar capital, y negociando con la banca la refinanciación de su deuda.
El martes Duro Felguera comunicó pérdidas en los nueve primeros meses del año de 11,5 millones y la cancelación de contratos valorados en 918 millones, la mayoría de ellos proyectos en Brasil. A 30 de septiembre de este año, la deuda de la compañía ascendía a 267,7 millones de euros -165 millones en manos de Santander-, 38 millones más que al término del pasado mes de junio.
A finales de septiembre Duro Felguera consiguió firmar un acuerdo de espera (standstill) con los bancos acreedores para refinanciar su deuda hasta el próximo 15 de enero. En las negociaciones con la banca, Duro Felguera aspira a lograr ampliar capital, disponer de mayores líneas de riesgo para las operaciones comerciales y llevar a cabo un plan de desinversiones.
De forma paralela a la negociación con la banca, Rothschild fue contratado por Duro Felguera para encontrar un socio dispuesto a formar parte del capital, pero por ahora los contactos con grupos y empresarios potencialmente interesados en la operación han sido infructuosos.
Duro Felguera, especializada en la ejecución de proyectos llave en mano para instalaciones industriales y energéticas, ingresó el pasado año 709 millones de euros, un 8% menos que en 2015. El primer accionista de la compañía es Juan Gonzalo Álvarez, con el 24,3%.
