La muy comentada entrevista que Wang Jianlin, una de las grandes fortunas del mundo y propietario del Edificio España, concedió a la televisión china CCTV incluía un mensaje para aquellos interesados en comprar el rascacielos, del que confirmó oficialmente que está a la venta: los problemas con el Ayuntamiento de Madrid no abaratarán el precio de la operación. Y la razón ofrecida por el magnate chino fue sorprendente: “el Edificio España fue una baratija”. Le costó 265 millones.
Las negociaciones con el Ayuntamiento de Madrid por la reforma del inmueble para transformarlo en hotel, apartamentos de lujo y espacios comerciales parecían haberse encauzado. Sin embargo, como adelantó Vozpópuli, la reanudación de las conversaciones tras la amenaza de Wanda a comienzos de año de abandonar el proyecto no ocultaban las grandes diferencias que sigue habiendo entre las partes acerca de la forma de realizar las obras. Este escenario fue confirmado por el propio Wang en la entrevista, en la que formuló la asombrosa confesión sobre el rascacielos.
Tras varios intentos de obtener los permisos para su reforma y un sinfín de intentonas por venderlo, Santander encontró comprador en Wanda Group
Hace diez años, Santander pagó a Metrovacesa uno 300 millones de euros por el Edificio España, en una operación realizada en dos partes. Posteriormente, la valoración del rascacielos por parte del banco se elevó hasta los 400 millones de euros, en medio de la burbuja inmobiliaria que terminaría por estallar. Tras varios intentos de obtener los permisos para su reforma y un sinfín de intentonas por venderlo, la entidad financiera encontró al fin comprador en Wanda Group.
Wang Jianlin negoció hasta el último euro con Santander e incluso llegó a obtener una pequeña rebaja en el precio del inmueble cuando las filtraciones sobre la operación (una de ellas realizada públicamente por Ignacio González, por entonces presidente de la Comunidad de Madrid) estuvo a punto de hacer que el magnate asiático se echara atrás. Sin embargo, dos años después el dueño de Wanda admite que aquella compra fue una ganga, por lo que no está dispuesto a vender a pérdidas.
“Fue una baratija, así que no voy a perder dinero con la venta”, apuntó Wang en la entrevista. Un aviso para los futuros compradores: el precio de partida será de 265 millones de euros. Wanda no tiene prisa por vender.
A dos bandas
Como informó esta diario, la estrategia del holding chino consiste en jugar a dos bandas. Por un lado, tratar de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para la reforma del rascacielos, pacto que debe pasar por poder derribar la fachada y reconstruirla. En la entrevista, Wang aseguró tener el permiso verbal del Consistorio para hacerlo, algo que la corporación municipal niega. Por el otro, tratar de deshacerse del inmueble en el mercado. Eso sí, si no resuelve el conflicto con las autoridades municipales será complicado que cualquier comprador llegue a esos 265 millones.
En tal caso, Wang esperará pacientemente. Bien a un cambio de actitud por parte del equipo que dirige la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena; bien a un cambio político en el Ayuntamiento.
Oficialmente, prosiguen las conversaciones entre los técnicos del Consistorio y los designados por Wanda para intentar alcanzar un acuerdo sobre la reforma. El holding chino cuenta con un documento escrito del Ayuntamiento en el que éste se compromete a autorizar un derribo parcial de la fachada del inmueble en caso de demostrarse la existencia de circunstancias excepcionales.
Sin embargo, el problema es que los expertos contratados por Wanda han detectado problemas en la parte alta del inmueble, lo que obligaría a derribar la fachada a partir de ese punto y hacia abajo. La solución llegará con el acuerdo o con la venta del inmueble, lo que antes se produzca.