El grupo Enagás en misión didáctica por el Golfo de Valencia. La población de la zona sufrió entre septiembre y octubre de 2013 una oleada de más de 500 terremotos provocados por la inyección de gas en el almacén Castor y el Gobierno se vio obligado a cerrar sine die la infraestructura.
Escal UGS, empresa controlada por ACS, devolvió la licencia de explotación, cobró 1.350 millones de euros de indemnización y abandonó la plataforma.
Enagás ha sido la empresa encargada de dejar en estado de hibernación el almacén, machihembrado en las profundidades del Golfo de Valencia, 30 kilómetros mar adentro frente a las costas de Vinaroz.
La compañía que preside Antonio Llardén se ha reunido estos días con los alcaldes de las principales poblaciones de la zona para explicarles en qué consiste el proceso de hibernación y con qué plazos trabaja la compañía.
Los alcaldes de los cuatro municipios, pese a pertenecer a diferentes partidos políticos, apuestan porque la infraestructura desaparezca
Según ha podido saber Vozpópuli, un equipo del operador del transporte de gas en España se ha reunido, por separado, con los ediles de Alcanar, Vinaroz, Benicarló y Peñíscola.
El objetivo de la hibernación es llevar a la infraestructura gasista a una situación de “máxima seguridad, sin gas en la plataforma, gasoducto o instalaciones en tierra”, según ha explicado el equipo de Enagás a los alcaldes.
El proceso de hibernación y todos los trabajos no suponen riesgo alguno de movimiento sísmico. Lo que hacen en estos momentos los técnicos de la empresa es ‘inertizar’ las instalaciones de plataforma, gasoducto submarino e instalaciones en tierra. Para ello, se cierran las válvulas de los pozos y se realiza un sellado con piezas de acero, que actúan como tapones. Se retira todo el gas de la instalación de superficie, cuyas líneas quedarán ‘inertizadas’ con nitrógeno a baja presión.
El informe del MIT no llegará hasta el segundo semestre de 2016 y la decisión final sobre el Castor la tendrá que tomar el próximo Gobierno
Además, Enagás sellará los 12 pozos existentes y se dejará la infraestructura en una situación de presión mínima. La idea es que todos los trabajos estén terminados antes de que finalice este año.
Los cuatro alcaldes, sin excepción pese a pertenecer a diferentes partidos políticos, apostaron ante los representantes de Enagás por un desmantelamiento definitivo de la infraestructura, para que jamás se vuelva ni a inyectar ni a almacenar gas en ella.
Esta decisión depende del Gobierno central. Enagás espera recibir las conclusiones del informe encargado al Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) en el segundo semestre de 2016. En función de sus conclusiones y de las que se extraigan de otros informes en marcha, el nuevo Gobierno que salga de las elecciones del 20-D será el que tendrá que afrontar la decisión final de qué hacer con el Castor.