Con un sistema eléctrico al borde del colapso por el déficit tarifario acumulado, un recibo de la luz en permanente escalada y una sobrecapacidad de potencia inédita en su historia, España sigue instalando nuevas plantas de energía renovable a razón de 4,7 megavatios (MW) diarios en el último año.
Desde mayo de 2012 hasta el mismo mes de este año (último dato disponible), se habían dado de alta un total de 1.747 MW de energía eólica, termosolar, fotovoltaica, termosolar y de biomasa, o lo que es lo mismo, los citados 4,7 MW por día (33,5 MW por semana).
Por tecnologías, más de la mitad de esa nueva potencia corresponde a la eólica, con 840 MW. A la termosolar le corresponde un tercio (572 MW) y a continuación se sitúan la fotovoltaica (267 MW) y la biomasa (68). Por el contrario, la cogeneración, otra tecnología del denominado régimen especial (el que recibe las famosas primas, y que tiene los días contados), ha retirado del sistema 120 MW en un año.
Todas ellas son plantas a las que no afectó la moratoria a las primas para nuevas instalaciones que decretó el Gobierno a principios del año pasado, porque ya estaban inscritas en el registro de preasignación, una especie de lista de espera que habilitó el anterior Ejecutivo con la idea de filtrar la incorporación de nueva potencia renovable al sistema.
El ritmo de incorporación de potencia se ha aminorado notablemente en lo que va de año. Desde enero a mayo, sólo se han instalado 263 MW nuevos (1,7 por día), principalmente termosolares (dos plantas con 50 MW cada una), eólicos (86 MW) y fotovoltaicos (71 MW). En total, 348 nuevas instalaciones, la mayoría (324) fotovoltaicas, aunque hay que tener en cuenta que este tipo de plantas suelen estar troceadas entre varios propietarios.
Así, y siempre según los últimos datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), en el último año se han puesto en marcha en España 2.228 instalaciones fotovoltaicas, doce plantas termosolares, 59 parques eólicos, una instalación minihidráulica y cinco de biomasa.
De momento, estas instalaciones, como el resto del denominado régimen especial, cobran primas por su producción. Hasta junio, la factura de las subvenciones a las energías verdes y a la cogeneración (que no es una fuente renovable) creció un 17% y alcanzó los 5.428 millones de euros. La energía que más cobró fue la solar fotovoltaica (1.597 millones), seguida de la eólica (1.489,2 millones), la cogeneración (1.122 millones), la termosolar (487 millones), el tratamiento de residuos (265 millones), la hidráulica (211 millones) y, por último, la biomasa (206,715 millones).
En la reforma energética del mes pasado, el Ministerio de Industria ha suprimido el régimen de especial para intentar contener el déficit tarifario, aunque el alcance concreto del hachazo se conocerá en otoño. Para entonces, está previsto que se publique la orden de ministerial que establecerá qué coste estándar de la inversión y explotación de las instalaciones reconocerá el Gobierno para garantizar esa "rentabilidad razonable" del 7,5% que ha prometido el departamento de José Manuel Soria. Las instalaciones incorporadas más recientemente, serán por tanto las que más cobren mediante el nuevo sistema retributivo.
Actualmente, la CNE sigue pagando el incentivo a los productores conforme a la regulación anterior (RD 661), pero una vez se publique el nuevo RD (en octubre o cuando sea), esas cantidades se van a reliquidar y a ajustar a lo que diga la normativa. En la práctica, las liquidaciones están en el aire.
