La dirección de la compañía química Ercros y los representantes de los trabajadores han alcanzado este martes un acuerdo sobre el despido de 105 trabajadores distribuidos entre las plantas de Flix (Tarragona), Cardona (Barcelona) y Tarragona.
Según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), esta reestructuración de personal viene derivada de la prohibición europea de usar la tecnología de mercurio en el proceso de producción de cloro.
Después de que la compañía anunciara entre 150 y 200 despidos, el número de personas afectadas ha quedado en 105, de las cuales 43 pertenecen a la fábrica de Flix, 34 a la de Cardona, y 28 al Complejo de Tarragona, y el coste estimado de la aplicación del acuerdo asciende a 11 millones de euros.
Indemnizaciones
Según el plan social que acompaña el acuerdo, todas las personas que vean extinguido su contrato tendrán la oportunidad de ser recolocadas en otros centros del grupo debido a las 149 solicitudes de jubilación parcial voluntaria que ha recibido.
La indemnización básica que percibirán los trabajadores afectados será de 20 días por año trabajado con un máximo de una anualidad, pero el acuerdo contempla un paquete de indemnizaciones adicionales para quienes la aceptación de la oferta de trabajo de Ercros les suponga cambiar de residencia, que puede llegar hasta los 33 días por año trabajado con un máximo de dos años más 14.000 euros.
A los trabajadores que opten por no aceptar la oferta de recolocación, si ésta implica un cambio de residencia, se les abonará un importe adicional en función de la distancia entre el centro ofertado y su centro de trabajo actual, hasta un máximo de 20.000 euros.
Los primeros contratos se extinguirán a partir del próximo 11 de diciembre --que es la fecha en la que debe cesar la actividad de las plantas afectadas por la prohibición-- y los últimos el 31 de diciembre de 2019, que es cuando se prevé que finalizará el desmantelamiento de las instalaciones cerradas.
Directiva europea
Ercros anunció en enero de 2016 que recortaría su plantilla entre 150 y 200 personas durante 2017 debido a la necesidad de cesar la producción de cloro mediante la tecnología de mercurio a partir de diciembre de 2017 para adaptarse a la normativa europea.
En mayo del año pasado, la compañía química anunció un plan de adaptación a este cambio tecnológico ('Plan Act'), con una inversión prevista de 63,7 millones hasta 2020 para aumentar la capacidad productiva de las plantas que fabrican cloro con otra tecnología --a través de membranas--: una parte de la factoría de Vila-seca y la planta ubicada en Sabiñánigo (Huesca).
Sin embargo, la producción de este material se reducirá en un 56%, pasando de las 298.000 toneladas actuales a 130.000, de las que el 100% se producirá con tecnología de membranas, mientras que ahora supone el 29% (85.000 toneladas) y el resto (213.000 toneladas) se hace mediante mercurio.