España es el primer productor mundial de aceite de oliva con una diferencia realmente llamativa respecto a los demás. El año pasado, de los campos españoles salió el 44% del producto mundial. Un 16,6% del aceite que se consume en todo el mundo tiene su origen en la provincia de Jaén y otro 8,5% nace y se cría en los campos de Córdoba.
Sin embargo, los mercados más atractivos y con más potencial de crecimiento consideran que el buen aceite es exclusivamente italiano. Así podemos observar como en Estados Unidos, tercer país en consumo tras España e Italia y primer importador del mundo, las marcas Bertolli, Filippo Berio, Pompeian, Colavita, Boticelli y Olivari se encuentran en el top ten de las enseñas más vendidas, mientras que las marcas españolas con más reconocimiento en el exterior, Carbonell y Borges, no aparecen. Estas dos enseñas son las más dinámicas con sello español, aunque la primera ha sufrido un notable deterioro en los últimos tiempos arrastrada por la crisis de Deóleo. Por su parte, la italiana Bertolli, comprada por Jesús Salazar a precio de oro en 2008, se mantiene como marca más vendida del mundo con un 4% de cuota de mercado aproximada.
Es por ello que Deóleo ha decidido en los últimos tiempos volcarse hacia los mercados exteriores, y especialmente Norteamérica donde, pese a introducir también Carbonell, se deja llevar sobre todo por la buena imagen de sus enseñas italianas Bertolli y Carapelli.
"El campo andaluz ha sido en muchas ocasiones cortoplacista, prefiriendo los ingresos rápidos de una venta a granel a los italianos antes que la inversión siempre incierta de construir una marca en el exterior. Por eso todos sabemos la situación paradójica de que si quieres vender fuera, sobre todo en Estados Unidos que es donde está la mayor parte del negocio, tienes que simular una marca italiana", cuenta a este diario un importante industrial aceitero español.
Los italianos compran más
Y la tendencia se acentúa. En esta cosecha que ha terminado recientemente y de la que ya se está haciendo balance, aproximadamente 400.000 toneladas de las 1.200.000 que se han producido han marchado al país transalpino, que apenas ha producido 243.000 toneladas. Parte de este aceite va para consumo interno en un país muy deficitario.
Según los datos del Informe Deóleo, publicado esta semana y en el que la aceitera cotizada hace un repaso del estado de la materia prima en todo el mundo, la importancia productora de España se mantiene notable. El país produce por sí solo aproximadamente la mitad de toda la producción de la cuenca mediterránea, el principal granero de aceite de oliva mundial. Después de Italia viene Grecia (170.000 toneladas), Túnez (100.000), Marruecos (110.000), Turquía (177.000) o Portugal (94.000).
Otros mercados
Los malos resultados del mercado norteamericano, donde Italia por motivos históricos tiene la preponderancia, se están consiguiendo doblegar en otros mercados más pequeños. Por ejemplo, en el sector se habla de la buena acogida que tiene en Asia el producto y la marca española, situada por encima de la italiana en muchas ocasiones.
En otros mercados menos relevantes como por ejemplo el ruso, los españoles dominan con un 56% de cuota frente a los italianos que suben hasta un 30%. Según el ICEX, el posicionamiento del producto español es más barato que el italiano o el griego, que se mueven mejor en los entornos premium.