La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) anunciaba este martes un acuerdo de colaboración con Club Desokupa para la formación de sus afiliados, cerca de 4.500 militares, en materia de defensa y seguridad personal. Un convenio, apuntan desde la asociación representativa, que pretende facilitar la reinserción laboral de los efectivos que quedan desvinculados de las Fuerzas Armadas a los 45 años o, directamente, ayudar a los soldados a encontrar otras salidas profesionales: "Sabemos cómo están las Fuerzas Armadas y los salarios que cobramos".
No es el primer acuerdo suscrito entre un colectivo representativos y el club dirigido por Daniel Esteve, en el foco de varias polémicas. El más reciente y representativo fue el del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que propició la reacción inmediata del Ministerio del Interior: los cursos no serían homologables y se revisaría el acuerdo para estudiar su viabilidad y legalidad.
El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska en plena tormenta política por el acuerdo del sindicato con Desokupa. "Sumar no parará hasta acabar con la infiltración ultraderechista en el Estado", apuntaban desde la formación dirigida por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. "Desokupa es una organización paramilitar que debería estar ilegalizada en España", añadían desde Podemos. Formaciones independentistas también pusieron el acuerdo en tela de juicio.
ATME, por su parte, justifica el acuerdo con Desokupa. "Este convenio va a ayudar a la formación de nuestros socios de ATME que tengan que abandonar las Fuerzas Armadas y quieran buscar un trabajo mejor", sostienen desde la asociación. Y añaden: "El Ministerio de Defensa no cumple lo que dice y los cursos que hacemos no los homologan y no nos dan una salida real y eficiente".
Los cursos de Desokupa
La asociación ATME cuenta con cerca de 4.500 afiliados. ¿Cómo será el curso que Desokupa impartirá a los militares españoles? "Nuestro principal objetivo es proporcionar a las personas las habilidades necesarias para defenderse en situaciones peligrosas en las calles", apuntan desde el club que dirige Daniel Esteve.
En este sentido, Desokupa cuenta con un curso adaptado a Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y seguridad privada: "Entrenamientos adaptados a las necesidades y desafíos específicos de estos profesionales". Los cursos en su modalidad online suponen un desembolso de 20 euros mensuales, mientras que los presenciales ascienden a 50. Al menos, para el público en general. Cabe recordar que los convenios suscritos por las asociaciones y colectivos suponen un descuento determinado.
El curso presencial incluye "seis horas de entrenamiento intensivo con cuatro maestros diferentes en cada sesión", además de "una hora de primeros auxilios e iniciación al guía canino": "Estas sesiones están diseñadas para recrear situaciones reales pero controladas de alta presión y estrés con el objetivo de ofrecer una experiencia que sea lo más cercana posible a la realidad. Se busca crear un entorno que refleje fielmente los desafíos y condiciones que uno podría enfrentar en situaciones auténticas".
Los vídeos difundidos a través de sus redes sociales dan cuenta de algunas de estas recreaciones. "Voy a enganchar por detrás, golpeo y engancho. Y clavo las uñas y los dedos a los ojos", va narrando una de las instructoras de Desokupa ante un ejercicio con un alumno.
En otras imágenes recrean la situación en la que dos personas se enfrentan a cuerpo, simulando un ataque con arma blanca: "¡Si saca el cuchillo te mata!", grita el instructor. "Vienen a pegarnos, nos cubrimos como podemos, bajamos el nivel...", detalla otro formador en otro vídeo diferente.
La asociación militar ATME defiende que la firma del convenio con Club Desokupa es similar a la que la asociación ha suscrito con "muchísimas empresas", aunque adquiere una "importancia relevante" por ser "una empresa de seguridad que se dedica a dar seguridad y diferentes servicios": "Y nuestra profesión está muy ligada a la seguridad eso es evidente y palpable".
Como contó Vozpópuli, Daniel Esteve, propietario de Desokupa, escoltó este lunes a Víctor de Aldama, en el epicentro de algunos de los casos de corrupción que salpican al Gobierno y que investigan los tribunales, a su llegada al Tribunal Supremo. Este empresario de 55 años se ha hecho famoso por su labor al frente de la citada Desokupa, una agencia de desalojos exprés de edificios 'okupados, recurriendo para ello a métodos con frecuencia expeditivos y narrando después sus acciones en vídeos de Youtube.